Tenemos unos políticos muy preocupados por la reparabilidad, la obsolescencia programada, el poder usar más nuestros perdón los dispositivos que compramos (que no son nuestros ya) y cuando hay problemas claros y concretos que crearían un montón de chatarra digital… tiene que ser una organización sin ánimo de lucro la primera que tome alguna decisión.
PIRG que son las siglas en inglés de Grupo de Investigación de Interés Público y es una federación de organizaciones sin fines de lucro de Estados Unidos y Canadá que promueven la protección al consumidor y la salud pública.
Pues este grupo ha enviado una petición al Director General de Microsoft pidiendo su colaboración para no tener que tirar a la basura millones de ordenadores. El soporte oficial de Microsoft para Windows 10 terminará en el año 2025. Esto significa que a partir de esa fecha no recibirá más actualizaciones ni parches de seguridad. Y con la política de actualizaciones de Windows 11 muchos de estos PCs que ahora funcionan perfectamente con Windows 10 no podrán actualizar a Windows 11. Los usuarios de estos equipos irán viendo como cada vez tendrán menos aplicaciones y que los problemas de seguridad se multiplicarán en sus equipos.
La petición me parece muy sensata y coherente. Incluso pienso que Microsoft (tal y como hizo con XP y con 7) ampliará el soporte aunque sea para parches de seguridad unos años… lo que evitará enviar a la basura muchos PCs.
Lo que me causa risa es que tantos políticos que tenemos en tantos sitios dedicados a evitar la obsolescencia de equipos informáticos (digamos que estoy mirando a Bruselas…) no piensan en esto mucho antes que una organización sin ánimo de lucro.
Si desde la UE quisieran de verdad mejorar la durabilidad de sistemas de hardware tomarían medidas sobre todo con el mantenimiento del hardware vendido mediante parches y actualizaciones durante un período de tiempo más largo.
En el caso concreto del Windows 10, por centrarnos en algo concreto, deberían haber empezado a presionar a Microsoft ya hace mucho tiempo. Una idea que les brindo: que todas las compras de PCs de todos los países de la UE usaran un contrato estándar que obligase al fabricante a mantener actualizado el sistema operativo durante una década por lo menos. Es fácil y tendría poco gasto para la UE… pero eso no les entra en sus cabezas. Usarían el poder de la compra masiva para lograr un cambio.
Otra idea: preparar un programa de migración de Windows 10 a Linux. Contratar un equipo de programadores para crear herramientas sencillas y simples para pasar de un sistema o otra, incluso diseñando escritorios en Linux que imitasen muy bien a Windows. Solo ante la amenaza de hacer algo así Microsoft respondería enseguida aumentando muchos años los parches de seguridad en Windows 10.
Si uno piensa un poco no es tan difícil lograr que Microsoft dé más años de soporte a Windows 10.