Como de costumbre, el que paga no manda, cuando estamos hablando de relaciones paterno filiales.
En dos días hemos tenido tres casos que han tenido muchos puntos en común, sobre todos lo que indico en el título de la entrada.
Primer caso, nos llega un portátil con dos teclas rotas. Vamos, arrancadas del zócalo. El portátil está en garantía (vamos, tiene solo tres meses) pero se le decimos al cliente, que dos teclas no se salen solas y además con el clip metálico roto. Por cierto, el portátil lo usa el hijo, pero nos lo trae la madre.
Al final mi socio desmonta el teclado y consigue de otro teclado que teníamos para canibalizar, los clips de sujeción de las teclas. Un poco de paciencia y la teclas quedan en su sitio. Ya que estábamos, limpieza del equipo con el compresor. Del teclado cayeron, trozos de comida y varios trozos de unas. De dentro del propio portátil, todavía cayeron más cosas.
Más tarde entra a la tienda otro cliente. Nos trae el teclado de su hija adolescente (en este caso viene el padre). Nos dice que el teclado no funciona bien. No sabe más. Le decimos que porque no ha venido su hija y no nos contesta. El teclado está tan sucio, que cuesta adivinar el color original que tenía. Me da miedo tocarlo, no sea que se me pegue algo. A veces hasta echo de menos otros trabajos, por el tema de la higiene. Pero en este caso el compresor no nos sirve de nada. El teclado tiene goterones por todas partes de restos de comida y de bebida endurecidos por el paso del tiempo.
Miro y veo que en uno de los laterales el teclado lleva un par de abolladuras. Nos dice el padre que la niña cuando se cabrea, pues tira el teclado al suelo, le da golpes con los puños… que tiene muy mal genio.
Luego entra otro cliente. Nos traen un portátil comprado en Navidades. El teclado no funciona bien. Lo miramos y vemos que está ondulado, vamos curvado. Lo desmontamos y podemos enderezarlo y vuelve a ir normal. Cuando regresa el cliente, le preguntamos. Nos dice que su hijo, cuando hace los deberes, deja los libros encima del portátil, ya esté cerrado o abierto. Le explicamos, que el peso de los libros ha causado la avería. Que si también lo hace con el equipo cerrado y se rompe la pantalla, no será una reparación barata. Se sube de hombros y nos dices que su hijo no hace caso a ningún consejo que él le da y que porque hacemos tan flojos los portátiles.
La verdad es que todavía consiguen asombrarme estos comportamientos. Yo quiero ser hijo con estas nuevas generaciones de padres. Hemos pasado del padre autoritario, al padre colega y ahora al padre esclavo. Yo quiero tener padres así. Papá, llévate esta mierda de teclado que me regalaste a la tienda. Solo ha resistido 23 bocadillos de nocilla, doce yogures y tres asaltos con los puños americanos. Yo estoy cansado, que tengo que seguir aporreando al ratón no sea que se escape vivo.
11 Comentarios
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A mi me han dado arcadas alguna vez al abrir algún portatil (y no hablemos de los sobremesa); sobretodo si el dueño fumaba, ya que entonces el ordenador huele peor que mil ceniceros…
Una pregunta, ¿qué clase de compresor utilizais? Porque me ha parecido buena idea hacerme con un de esos, pero no tengo ni idea de esos cacharros…
Con el tabaco ya tuvimos un caso que conté hace dos semanas.
El compresor, vamos ya por el segundo, el más pequeños que encontramos en la ferretería, pero que sea de garantía. El que tenemos ahora nos costó unos 180 Euros.
El compresor es lo mejor para limpiezas extremas, pero cuidado k yo ya me cargue varias aletas de ventiladores por apurar….
Y pensar que a mi me decían mis padres: “Mala suerte, ahora tienes que ahorrar para comprarte otro” -_-
El tema se las trae. Como bien dices el contraste que se observa en la relación padres-hijos a lo largo de las últimas tres decadas es bestial, y lo peor es que no hay un punto a partir del cual podamos tranquilizarnos y pensar “no va a ir a peor”. Porque siempre se puede rizar el rizo un poco más.
Aquí me he topado con casos tambien de lo más variopinto, que incluyen portátiles con teclas arrancadas, torres con grietas o abolladuras que en algún momento sirvieron para descargar adrenalina, discos multimedia que fallecen por golpes y caídas mientras reproducen dibujos animados, suciedad a raudales…
Desde que la informática se convirtió en bien de consumo generalizado, unido al tema padres e hijos, los pobres chismes tienen que sufrir lo indecible. Y lo que les queda.
Yo diría que la generación actual de padres es “hija” a su vez de la cultura del consumo y crédito rápidos y fáciles.
Nuestros padres (o abuelos), hablo de los generaciones de los 60 a 80 del siglo pasado, tuvieron que luchar muy duro para salir adelante y miraban cada peseta con lupa… con lo cual se cuidaban muy mucho de ver en qué gastaban (y malgastaban los nenes) el dinero. Aparte que era más común que las madres estuvieran en casa.
Ahora se juntan varias variables que han hecho un cóctel explosivo:
– Ambos cónyuges currando en horarios difícilmente compatibles para conciliar la vida laboral con la familiar. Mucho cansancio al finalizar la jornada y hay que seguir haciendo las tareas del hogar.
– Cultura del “no-castigo”, sin dar herramientas educativas adecuadas sustitutas. No todo el mundo (casi nadie diría yo) es una “Supernanny”, expero de pedagogía ni sobre todo tiene el TIEMPO necesario para aplicarla. ¿Dónde hay cursitos de “padre moderno” que todavía no me he enterado?
– Crédito fácil (bueno, con la CRISIS esto se ha acabado) para “comprar” cositas a los nenes o tenerlos ocupados.
Resultado: padres que vienen reventados del trabajo, que no quieren más problemas y que no saben educar a los niños de otra forma que no sea la “clásica” por lo que ante la imposibilidad de aplicarla (“queda feo”, “qué dirán si le castigo, que le puede dar un trauma”) pasan de hacerlo directamente y contentan al nene con lo que sea para que deje de dar por culo. Si su nene genera algún problema en el Colegio, la culpa nunca es de él, porque así cuando llegue a casa estará más contento (y le dará menos problemas). Cóctel perfecto hoyga.
En mi generación había “niños mimados” (siempre los ha habido), pero eran una minoría y solían corresponder a la estampa anterior: padres con pasta, con poco tiempo para ellos, normalmente también más mayores de la media.
Tarde o temprando esta juventud no podrá seguir chupando de la teta familiar y se darán una hostia de campeonato con la cruda realidad. Y verás tú como se darán cuenta de 2 o 3 cosillas… qué triste que la “reforma” de estos angelotes venga (si es que viene) cuando les duela el bolsillo y no de la educación, pero me temo que así será…
Yo creo que con mis 23 años entro en el grupo de los que se supone que son unos terroristas, pero bueno.
A mi me preocupa lo que dices en el último párrafo, que cuando se den cuenta de la realidad no tenga ni formación ni la fuerza de voluntad para trabajar y se nos dispare la delicuencia.
sir_eider +1
Lo has bordado.
Tengo mi Amstrad CPC guardado en el trastero y funciona perfectamente. El teclado Cherry de mi primer pc, un 386, aguantó heróicamente hasta mediada la vida de mi tercer equipo. Entre medias, reemplacé yo mismo el conector porque en ninguna tienda me lo hacían – supongo que eso me califica como un viejales.
A mi me extraña que ningun payaso os exigiera la garantia de las teclas arrancadas, nosotros tuvimos que ir varias veces a juicio pq los lusers creen que la garantia es un seguro a todo riesgo y querian devolver un TFT que se les habia caido, el Juez no tardó ni 3 segundos en darnos la razon. Eso si, los que no te ponen hojas de reclamaciones, te amenazan con denuncias se te ponen hechos unos energumenos en la tienda.
Lo único bueno de tener menos clientes que antes, es que los que quedan son más civilizados.