El otro día tenía yo a un cliente en la tienda, comentado lo contento que estaba con la tableta que nos había comprado hacía casi un año. La tableta en cuestión era una Acer Iconia de 10” y gama media
El cliente nos contaba todo lo que hacía con la tableta:
“Por la mañana, mientras desayuno, ahí estoy leyendo las noticias y poniéndome al día, mientras me tomo el café. Luego me voy a trabajar y mi mujer, me toma el relevo. Mientras hace las tareas de la case, está oyendo música y varios podcasts que sigue. A la hora de comer, en la cocina, además de preparar la comida, va viendo un par de webs de recetas a ver si le dan idea, y sino ser ríe un montón, porque son de esas de cocinar cosas nuevas. Luego por la noche, cuando estamos viendo la TV, yo estoy con la tableta, siguiendo los deportes, si no me gusta lo que ha puesto mi mujer. Y en la cama si hay algún partido de fútbol o baloncesto, o algo de tenis o carreras esa noche, me quedo un rato viéndolas.
Vamos que la usamos para todo, la verdad es que parece raro emplear tanto estas cosas tan modernas, no sé como la gente podía estar antes sin estos adelantos”.
Lo curioso, es que todo me sonaba a conocido y a vista antes. Claro, era lo que opinaba mi padre del transistor. En este contexto, transistor no el componente electrónico, sino la forma en que hace 40 años se llamaba a las primeras radios pequeñas a pilas en España: transistores. Recuerdo que mi padre se levantaba y escuchaba las noticias mientras desayunaba. Luego mi madre oía Protagonistas a la vez que hacía las tareas de casa. A la hora de comer, otra vez a escuchar las noticias. Y por la noche, mi padre oyendo los deportes, mientras mi madre veía la televisión (en blanco y negro). Y en la cama, mi padre que seguía con los deportes, hasta que muchas veces se dormía con la radio en marcha.
Así que tenemos nuevos gadgets, pero más o menos los mismos hábitos y costumbres. Eso si ahora, todo táctil.
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Supongo que no me equivoco mucho, si digo que el siguiente paso serán las Google Glass
Las Google Glass son un ataque contra la intimidad de las personas…
Los periódicos, la radio, incluso en menor medida la TV parece que serán absorbidos por la tecnología. Aún así el cambio tiene sus cosas buenas y sus cosas malas:
-Lo bueno es que ves lo que quieres ver
-Lo malo es que justo ver sólo lo que quieres ver tiene un problema que me encuentro a diario a la hora de socializar en entornos como el trabajo me encuentro con que todo el mundo habla de noticias que desconozco totalmente, principalmente porque el mundo del corazón y el deportivo no me importan un pimiento pero justo por ello las posibilidades de socializar con otra gente hablando de ello desaparecen, antes cuando veía la tele como no había otra que ver lo que echaban pues aunque no me importase siempre conocía algo el tema y podía comentarlo con otra gente.
El tema de la socialización es complicado, yo ya conté hace cinco años lo mismo en el blog. Hay momentos en los que no sé si soy de aquí. Ahora bien, ahora es más fácil socializar con gente que no está delanta de ti.
Efectivamente, contactas con gente especializada en tu campo, o gente con la que quieres contactar. Pero con la gente con la que estás forzada a estar en contacto
Tu que eres lector de ciencia ficción, creo que era en “La era del diamante” que los más pudientes tenían un periódico hecho para todos con exactamente las mismas noticias para poder charlar todos sobre ello.
Rarok, no hace falta irse a algo moderlo. Ahora estoy con un clásico Ana Karenina. Y al principio aparece un personaje, que leía por las mañanas el periódico de los liberales, para saber de que hablar y que tener que opinar. Además explica que escogió a los liberales, pero que igual podía leer a los conservadores. Lo que quería era que le ahorrasen tener que pensar por su cuenta y tomar partido. Más fácil hablar de lo que hablaba todo el mundo
Cuando me preguntan por el último Gran hermano o tontolaba similar ataco con “sabes que Rusia quiere prohibir libertades?” o alguna noticia que sí me importe, aunque sea de videojuegos. Cuando nuestras caras de no entender nada son la misma ya buscamos intereses comunes. O no, pero por intentarlo que no quede.
El problema de ese método es que posiblemente te ganes la etiqueta de “friki” o similar, y en un centro de trabajo (al menos el mio) lo más importante es ser totalmente uniforme a los demás y no destacar en nada.
Es habitual ‘premiar’ la uniformidad o la ‘personalida gris’ en el trabajo lo cual es contraproducente y contraproductivo, pero vamos.
Lo siento por ti, trabajar en semejante entorno debe ser tóxico
Sobre el “transistor”, la historia deriva del hecho de que las primeras radios comerciales estaban fabricadas con tubos de vacío (radios de tubo); más tarde, un genio descubrió los semiconductores, se empezaron a fabricar transistores de semiconductor, y las radios reemplazaron los tubos por transistores (radios de transistor -> transistor).
Ademas de que las radios de válvulas de vacío eran tremendamente caras para el ciudadano medio español de la época. Fue ya en los ’60 con el mercado abierto a los productos y componentes de fuera de España y con el invento del transistor (que redujo y mucho el precio y tamaño de las radios) cuando el invento se popularizó, y de ahí que a la radio se la conozca popularmente como “transistor”, utilizándose más el término “radio” para referirse al medio en sí y “transistor” para referirse al aparato.
Es un caso similar al que ocurrió con los televisores planos, que al ser los que se basaban en paneles de plasma los primeros en aparecer en el mercado, mucha gente llama “plasma” a todo televisor plano, ya tenga panel LCD, LED, OLED o plasma.
[…] Nuevos aparatos, parecidas costumbres. […]