Desde hace unos años, mi mujer y yo tenemos la costumbre de regalar a mis hijos con un viaje si se han sacado buenas notas en el colegio. Y esta año, mis hijos han seguido con su buena racha. Así que nos fuimos de viaje a Teruel a Dinopolis (ya hablaré en otra entrada).
Y para poder disfrutar bien del viaje y prestar toda mi atención a la familia, me olvidé de meter en la maleta ningún gadget digital. Me fui con un móvil, pero sin navegador y con nada más. Solo estuve cuatro días desconectado, pero bastó para cruzar con una casualidad y dejar la tienda y el blog tres días caídos.
Hace unas semanas tocaba renovar el dominio (que ya tengo desde hace tiempo separados los dominios de los hosting) y para evitar problemas, en lugar de esperar a que me hiciesen un cargo en cuenta, decidí pagar yo con tarjeta de crédito. Los registradores, tuvieron un pequeño lío burocrático por este motivo… y el día 23 de junio me cancelaron el dominio. Yo estaba en Dinopolis y no me enteré de nada. Mi socio no entró a mi correo, porque el pobre tuvo dos días de muchísimo trabajo en la tienda física.
Así que cuando regreso hoy del viaje, me encuentro con que no tengo blog ni tienda en la red. Empiezo a mirar que pasa y cuando entro al panel de control del dominio, veo que la factura está pendiente. Así que a buscar el resguardo del pago con tarjeta, enviarlo con urgencia. Menos mal que me han respondido enseguida y en un rato tenía otra vez el dominio activado. Luego a esperar unas horas a que las DNSs se propagasen y ahora ya parece que está otra vez todo en orden.
Y yo que iba a escribir una entrada sobre los beneficios de una desconexión digital total y ahora después de la experiencia no lo veo tan claro.
9 Comentarios
Comentarios Cerrados
Renovacion automatica anual hombre!!!
Ya nos tenías preocupado 😉
¡Vaya. Qué sorpresa! Yo también he estado esta semana en Teruel. Tú desde Elda y yo desde Elche. 🙂
Yo sí que puedo estar desconectado. Creo que necesito estarlo de vez en cuando.
Íbamos a visitar Dinópolis, pero sin niños, al final decidimos que no merecía la pena. Por cierto que apenas habían coches en la puerta, por lo que deduzco que no habían muchos clientes.
La comida también ha sido un motivo de queja en todo el grupo del viaje. Probamos varios restaurantes y ninguno nos gustó: ensaladilla congelada, sin los ingrdientes a que estamos acostumbrados, precios muy altos, no disponer de platos que se ofertaban en menús y carta, etc.
Solo el último día nos reconciliamos con la comida en un bar que encontramos con excelentes raciones y precios aceptables.
Ya me hubiese gustado ir sin niños. Nosotros con la comida no tuvimos ningún problema. Estábamos en un pueblo de 700 habitantes, comida casera del lugar (que migas, que embutido y los postres) y a un precio muy bueno.
Dentro de Dinopolis, la comida si que muy floja, pero es lo normal en esos sitios.
Hola!
El otro día se lo comenté via googletalk a tu compañero, al menos fué él quien me contestó, que lo iba a mirar.
Un saludo!
Siento trolear, pero es que los 2 primeros párrafos son infumables, gramaticalmente hablando.
A quien se le ocurre ir a Teruel estas semanas. Si alguien no lo sabe a primeros de mes son las vaquillas, fiesta grande, y todo el lugar está preparando el evento. Viene a ser com San Fermín pero en pequeña escala, una semana a todo tren.
Y que me perdone zahorin pero ya tuviste que escoger mal, muy mal, para no comer bien por éstos lares, que otra cosa puede que no, pero rancho bueno….
“Hacer una desconexión” y que lo más moderno sea un limón es más que aconsejable. Espero que a mi me toque en septiembre.
¡Leches!
¡No nos des esos sustos hombre!
Llevaba unos días buscándote por todos lados… ¡Uff!
Saludos