Ya se ha terminado la campaña electoral de las elecciones municipales y en gran parte de España también autonómicas. Mis hijos ya están tranquilos, porque pueden volver al parque al salir el colegio sin el peligro de ser asaltados por políticos besucones, altavoces disonantes o atropellados por furgonetas repartidoras de pasquines.
Lo que más me ha llamado la atención de los resultados, es el mensaje que muchos ciudadanos han enviado en tinta invisible. El voto en blanco y el voto nulo han crecido hasta convertirse en la cuarta fuerza política en nuestro país. El voto en blanco ha llegado a los 583.000 (2,54%) y el voto nulo 389.000 (1,70%). Si a esto añadimos la abstención, pues podemos ver a una enorme parte del electorado que no está muy conforme con las posibilidades que tienen de elección.
Lástima que no creo que ningún político actual esté por cambiar el estado de las cosas. Y no sepan leer lo que significa un grupo de gente tan numeroso, que es capaz de ir hasta el colegio electoral, para luego dejar claro que ninguna opción les gusta, pero que ellos si que quieren votar.
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El problema no está en que no sepan leer lo que significa, el problema es que no les interesa hacer esta lectura.
Como tampoco les ha interesado hacer la lectura correcta de lo que ha pasado en las acampadas.
Y lo peor de todo es que la culpa es nuestra, por continuar votando a los mismos y no hacer nada real por cambiar las cosas
Yo he escuchado esta mañana en la radio que decían algo así como que los españoles una vez más legitiman la democracia con sus votos. Era Intereconomía, pero da una idea de lo que importa a la clase política la opinión de una cuarta parte de su electorado mientras el resto les apoye. Y para más inri, aunque nos pusiéramos en un 70% de abstención como protesta, el resultado sería legalmente válido.
Lo más curioso es que algunos salen diciendo que les ha votado la mayoría de los españoles cuando sólo les ha votado el 37,53 % de los que votaron y, además, se han abstenido 3.236.731 más de los que les han votado a ellos (11.710.762 frente a 8.474.031), si le sumas los votos en blanco y los nulos son 4.210.249 más votos que ellos (en total 12.854.280 abstenciones más nulos, más blancos).
El 62,47 % de los españoles ha votado a un partido distinto del mayoritario.
El verdadero problema es que la abstención, el voto en blanco y los votos nulos sólo benefician a los de siempre.
Mientras haya futbol, gane el Barça o el Madrid, no descienda o acienda el equipo de tu ciudad, y España sea la campeona mundial, todo lo demas no importa una mierda…
Para cada politico deberiamos preparar un metro de cuerda, y colgarlos a todos… pero no del cuello, no, de una pierna cabeza-abajo, para que caiga todo lo que se han metido en los bolsillos. Y rehacer el sistema desde cero una vez cortada toda la parte podrida (actualmente completamente podrida).
Esta muy bien quejarse en foros, webs, con los amigos en un bar y despotricar contra todo, pero si se quiere cambiar algo, hay que ir a la plaza a torear, no verlo desde la barrera.
Si esas miles de personas que apoyan las acampadas, entre las que me incluyo, fundaran un partido y se presentaran con algo tangible entre las manos a las elecciones, quiza podrían hacer algo, mientras tanto, es mejor quejarse en el chigre tomando un cacique cola y esperando a que alguien haga algo.
El sistema se cambia desde dentro no desde fuera, eso tenemos que entenderlo de una vez, pero la comodidad y el mientras yo tenga pa tomar copas y fumar, los demás que se busquen la vida, es lo que los grandes partidos aprovechan, la dejadez, y con esto quiero dar un toque a las movilizaciones, que seguro algun listo sale como líder a comer del bote del trabajo y el sufrimiento de muchos.
Personalmente me parece una pena el número de votos en blanco y nulos, legalmente como si fuesen la mitad de los votos, es lo mismo, personamente opino que toda ese gente tendría que haber votado a partidos minoritarios, seguirían sin conseguir un cambio de poder, pero habrían puesto “moscas cojoneras” que estarían para “incordiar” a los partidos mayoritarios, lo que ayudaría a más pluralidad política.
Y sí, por mi parte en mi municipio voté al partido más minoritario y que al final por desgracia no consiguio nada.