En mi empresa de por las mañanas son grandes seguidores de los sistemas gerenciales americanos. Bueno la verdad es que unir el nombre de mi empresa de por las mañanas con sistema y con gerencial es un poco atrevido…
Pero como buenos españoles, copian lo superado, copian lo antiguo. De hecho no hay nada mejor como consultar el Principio de Dilbert (libro de primero de los años 90) para ver lo que aquí tratan de implantar en el año 2007, es decir 15 años después. Y si en el año 95 Scott Adams ya se estaba riendo de esas cosas, imagino que sería porque en ese momento ya eran cosas superadas en los USA.
Bueno a lo que iba, hay siempre un capítulo en todos los libros de gestión clásicos americanos dedicado a como recompensar el trabajo bien hecho de los empleado. Pero al final la mejor recompensa siempre es una piedra, muy bonita, muy bien pulida, pero una piedra. En su versión mejorada, es un trozo de plástico transparente, dentro del cual figura un diploma con el nombre del agraciado.
Yo esta costumbre no la había visto mucho por mi empresa de por las mañanas, pero últimamente se ha puesto de moda. Así que el otro día un compañero mío que se sienta a mi lado, recibe un paquete a su nombre. Todo muy bien envuelto en papel, con una etiqueta con su nombre a color… lo abre y allí estaba: un trozo de plástico transparente, dentro del cual había un diploma a su nombre. Junto con el trozo de plástico, una carta de un mandamas en la que le agradecía su esfuerzo para conseguir que el proyecto XXXXX hubiese llegado a un buen fin.
Mi compañero no sabía qué decir, la emoción le embargaba, tuvo que hacer un gran esfuerzo de memoria, porque yo no se acordaba en qué había consistido el proyecto XXXXX, pero al final consiguió acordarse. Así que ahora tiene un pisapapeles más; el problema es que ahora no tenemos mesas (si estamos tan apretado, que el PC se come todo el espacio de nuestra mesas) ya que hay tanta gente en el nuevo proyecto, que somos dos por mesa. Ya veremos donde deja el trozo de plástico.
Pero claro, éste es el estilo gerencial moderno: felicitarte por algo que se hizo hace años, que a lo mejor ni siquiera participaste (estabas por algún correo, y como sobraban plásticos, pues te enviaron uno) y con un regalo que no sirve para nada ni se puede hacer nada con él.
Yo prefiero el sistema español, que tenía dos vertientes, o bien no te decían nada, o bien al día siguiente de terminar el proyecto con éxito, se montaba un buena comida o una buena cena (o ambas cosas) par celebrar lo bien que había la tarea. Eso si que es forma de celebrar un éxito. Bueno también había una tercera manera, regalando un buen jamón… pero estos americanos, regalar un trozo de plástico.
5 Comentarios
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La cena es más social, y para mi es mucho mejor método.
Y tampoco me parece adecuado copiar al 100% las técnicas empresariales de otros países porque no somos esos otros países… tenemos una cultura e identidad propia, y nuestros propios defectos.
Pues la verdad antes que el plástico a mi que me regalen el jamón 😉 aunque dependiende del ambiente de trabajo una cena de empresa tambien es un bonito detalle y más social.
Yo también opto por el jamón y demás viandas 😉
Estimado tendero
donde esté un buen violinista !
Adeldm: toda la razón, si el jamón te lo corta un buen profesional y te lo comes en un ambiente tranquilo… todavía sería una mejor recompensa.