Que miren el cerebro de los que diseñaban los aviones cuando no había ordenadores que cupiesen en el mismo.
Hoy leía un artículo en El Confidencial donde se hacían eco de un estudio belga realizado en pilotos del caza F16 donde explican como el cerebro del piloto va “mejorando” según las horas de vuelo. Así su plasticidad aumenta y se adapta mejor a las dificultades del vuelo de uno de esos aparatos. Entonces recordé una entrada de hace un par de días en Hackaday donde comentaban una entrada del blog de Ken Shirriffs en la que describía y mostraba una computadora analógica de los años 50 empleada para calcular velocidades de aire, alturas… en aviones supersónicos. Y viendo la foto que hay arriba yo creo que si en la época hubiesen hecho un estudio a la plasticidad de los ingenieros que los diseñaron… se habrían encontrado cosas divertidas.
El problema en los primeros años 50 del siglo pasada era que con los aviones que superaban la velocidad del sonido los sistemas para medir la velocidad y la altura (mediante la medición de la presión en un tubo Pitot) los sistemas mecánicos anteriores no funcionaban. La dinámica de fluidos del aire cuando supera la velocidad del sonido es más compleja. Así que para poder proporcionar esa información a los pilotos se necesitaban hacer cálculo diferencial. Y eso era algo que no lo podían hacer los pilotos (sobre todo porque debía ser un cálculo continuo). Así que los ingenieros diseñaron una computadora analógica a base de levas, ruedas dentadas y algunos interfaces electromecánicos.
En las fotos se ve el interior impecable. Ken recibió un modelo de la computadora que es una Bendix Central Air Data Computer tal y como iba en el avión: dentro de un caparazón cerrado y soldado. Así que al abrirlo dentro estaba como el primer día.
La verdad es que el trabajo de diseño, montaje y pruebas debió se algo increíble. Y todo diseñado sin contar con la ayuda de ningún ordenador, a base de papel, lápices y reglas de cálculo. Y luego con la capacidad para ir dentro de un avión capaz de romper la barrera del sonido, que hace maniobra extremas… y la computadora debe seguir funcionando.
Una de las cosas que me hizo aficionarme al mundo de la aviación fue la tecnología. Pero en su momento me centré sobre todo en los motores y la aerodinámica. Pero este tipo de aparatos de computación antigua me están atrapando cada vez más.
Uno de los aviones que estaba equipado con esta Bendix es uno de mis aeronaves favoritas, el B58, así que os dejo una foto: