Este fin de semana estuve viendo la película Lars y una chica de verdad (y aquí). Una cinta muy entretenida, me gusto mucho, tanto el argumento, como los actores, el guión y sobre todo la ambientación; en muchos momentos creía estar viendo un episodio un poco largo de Doctor en Alaska.
Pero luego de ver la película, me di cuenta que contaba (toma ya repetición) una historia universal (si voy para crítico de cine). La película muestra a un personaje, con problemas para reconocer la realidad, que en un momento dado se compra una muñeca de tamaño real de un sexshop (por internet por supuesto) de esas que parecen de verdad. Vamos con pelo, silicona, movimiento casi real… además le cuesta un pastón. Se lleva la muñeca a casa, la vista con ropa normal, y la trata como si fuera su novia. El resto del pueblo, le sigue la corriente, para ver si se cura de su problema. Al final… bueno no cuento el final, pero hasta el final me sonaba a real.
Me sonaba a real, porque esta situación yo la vivo a diario. En mi empresa de por las mañanas y en casi todas las empresas que son clientes nuestros, e incluso en mi tienda.
La situación es muy fácil de explicar. Llega un jefe y decide comenzar un nuevo proyecto. Va y compra algo (normalmente a un consultor externo si eres una gran empresa, si eres una empresa pequeña, pues lo lees en una revista o en un web, o se lo cuenta su cuñado…) y comienza a trabajar con ese nuevo proyecto.
Supongamos que van a iniciar un nuevo proyecto para repartir suministros de oficina entre las dependencias de la empresa. Así que empiezan a buscar una furgoneta, un sistema de posicionamiento global por GPS para saber donde está la furgoneta, un sistema de control de inventarios… y monta un grupo de trabajo para seguir los progresos del proyecto.
Y alli están (estamos) todos mirando una cosa que parece que lleva ruedas, pero no se pone en marcha, con una antena (donde podríamos hacer un arroz con conejo para 10) atada a un palo de escoba y haciendo como que comprobamos si puede cargar el peso de un par de impresora láser departamentales y ponerse a 100 km por hora para cumplir los plazos de entrega. La cosa que parece que tiene ruedas, ni arranca, pero el jefe dice que como es ecológica, hay que subirla a una carretera con una buena pendiente y lanzarse desde allí. El equipo de pruebas lo hace, pero cuando ya van a 100 por hora, miran que no hay frenos. En el análisis del proyecto no decía nada de pararse. La cosa con ruedas termina estrellándose y se rompe en mil pedazos.
Entonces el grupo vuelve con los trozos a ver al jefe y se lo encuentran con 1000 cajas de palillos, y unos planos: “Hola, ahora vamos a ampliar el negocio, vamos a construir un avión de madera para ir de viaje a Nueva York”.
En la película, deciden no llevarle la contraria a Lars, por prescripción facultativa, pero no sé de ningún médico que recomiende no explicarle a los jefes que eso no es una chica de verdad.
9 Comentarios
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Genial este post. Ocurre con proyectos de software y con el hardware tambien.
Jefe -> Quiero un sistema que no tenga caidas en el servicio.
Tecnico -> Bueno, un cluster en HA lo haria en un 99,9%. Pero, es caro y cuesta un poco implantarlo.
Consultor -> Que va, que va, eso es matar moscas a cañonazos. Penemos un servidor gordo y un servidor pequeño y ya esta.
Tecnico -> (Mirando al cielo para ver si Dios es justo y lanza un rayo que acabe con el consultor)
Sin animo de ofender a los consultores en general que tambien son compañeros, que la gran mayoria son realmente buenos.
jojo, además de verdad, por aquí el problema es que se pasa uno días y semanas buscando el producto adecuado, por ejemplo, un plotter y cuando ya tiene decidido el más adecuado para la empresa (por coste, características) se encuentra con que el jefe ha comprado uno sin preguntar, simplemente porque le regalaban 5 noches de hotel.. así, a cientos.
Hace algun tiempo que no hablas sobre los equipos que preparas para la venta en la tienda online. se exa de menos!
Concurso:
Es que no quiero que el Blog se convierta en algo muy comercial…
Ahora en serio, voy de cabeza con algunos de esos temas.
Recuerdo un proyecto, que después de un par de meses de especificaciones, conversaciones con el proveedor, discusiones, reuniones y redacción del pliego de condiciones del sistema, llega la reunión final, ponemos en claro todos los documentos, pasan la última oferta: diez millones de pesetas (mucho menos del presupuesto inicial) y todos de acuerdo. para finalizar la reunión el gerente nos pide a todos los técnicos que nos retiremos para negociar los términos de pago.
Conclusión el sistema costo 6 millones en vez de los diez presupuestados y se fue directamente a la basura, no sin antes consumir meses de nuestro trabajo para cubrir los “recortes sin importancia” que aceptó el gerente para bajar esos 4 millones.
Dèja Vu…
http://www.alfredodehoces.com/press/proyecto-bicicleta
Si, si, el gran Fuckowski…
Ocurre también al contrario. El “asesor” de turno que no tiene mucha idea y para no quedar mal sobrepondera los sistemas y se lía con fuentes y discos redundantes, sistemas biprocesadores (2 sockets) de 4 cores con FBDIMMs.
Total, un pastón, y luego resulta que el equipo va a ser un simple servidor que dará servicio a 3 o 4 equipos.
Hay de todo.
Saludos.
Miguel Angel:
El proyecto biciclete ocupa un lugar de honor en mi biblioteca de gestión empresarial… impagable.
Ahora el del centro comercial… todavía es mejor.
Lo malo es que a muchos de esos jefes, la muñeca se les acaba pinchando y explotando en los morros, cuando mas “uso” la están dando. Y es cuando se dan cuenta de que a veces tanto manual, y tanto mirar para alante como los caballos no sirve de nada. Cuando uno vive entre oficinas y papeles, hay que preguntar de vez en cuando al personal de “planta” a ver que opina…
Un saludo.