Uno de los problemas de nuestro sistema educativo, es lo poco que se promociona la excelencia en el estudio. Asimismo uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, es la falta de profesionales preparados en áreas técnicas.
Pero claro, lo que de verdad importa es pegarle patadas a un balón, meter canastas o darle a una pelota con una raqueta o con un palo de golf. El estudiar duro y el trabajo intelectual, siguen siendo cosas donde uno debe encontrar la gratificación por si mismo, si esos empollones no necesitan ninguna ayuda.
Es decir se nos llena la boca con la palabra educación, pero luego el reconocimiento solo para los deportistas, o los futuros deportistas.
Viene esto a colación a un hecho que he visto esta semana. En la clase de uno de mis hijos, nuestra comunidad autónoma ha seleccionado a algunos de sus compañeros para participar en unos programas de entrenamiento intensivo en varias disciplinas deportivas. Y en la prensa local salían los nombres de lo elegidos, rodeados de elogios y alabanzas. Y claro a ver como le explico ahora a mi hijo que el meter goles es más importante que estudiar matemáticas… pues no puedo. Creo que lo mejor es que vaya reparando la canasta del jardín y comprando una portería, porque aquí hay cosas que de verdad son importantes y reciben todo tipo de apoyo y otras, que no lo son…
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Cuanta razón!!! Y luego nos quejamos que la cosa no va bien… que triste que la cultura no venda… y el saber no esté mejor visto que la ignorancia…
A mí, últimamente, me impresionan situaciones como ésta:
– El padre lleva al niño a entrenar al fútbol: le grita, le presiona, le exige al entrenador que le meta caña al chaval … todo vale para ganar
– Si el profesor presiona un poco para que el niño estudie, el padre también se pone hecho una fiera … por lo contrario (“vaya que el niño se me traumatice”)
Existen cientos de metodologías para entrenar el cuerpo de la forma más efectiva posible y son aceptadas por el pueblo sin discutirlas. Sin embargo, cuando se trata de entrenar la mente, ni existen metodologías (relajación, lectura rápida, técnicas nemotécnicas) ni intenciones de implantarlas
Eso siempre ha sido así, incluso en “Cuentame” se ve que los chavales lo que querían es ser futbolistas como Irureta o ciclistas como Bahamontes.
Ante eso está el criterio de cada uno. Ese desprecio por la formación que hemos tenido los últimos años, con chavales de 16 años dejando los estudios para irse a currar en la obra a levantarse 3000€ en negro para el M3 y los cubatas nos ha llevado a donde estamos ahora.
Que cada uno saque las conclusiones que quiera sobre si formarse merece la pena o no.
No se puede decir más claro en menos espacio.
Añadiría que el problema comenzó cuando se empezó a prestar oídos a ciertos “pedagogos” que predican el que al niño no se le puede contrariar ni traumatizar en el colegio. Lo que nos lleva a colegios en los que los niños aprenden bien pronto que los compañeros que no se esfuerzan nada consiguen lo mismo que ellos, por lo que los siguientes en no hacer nada son ellos; esto lo he visto yo en clases de niños de 6 y 7 años… así que como para imaginarse las superiores. Por otra parte, es curioso que cuando yo estudiaba, con clases de 40 alumnos, no había excusas ni historias: estudiabas, pasabas; no estudiabas, repetías. Ahora salen críos con TDA, Asperger y “problemas” variados hasta de debajo de las piedras, a los que curiosamente se les hacen “pruebas adaptadas” que son simple y llanamente sonrojantes.
A todo esto le sumamos esa cultura del pelotazo, y del “me saco 3000 pavos en la obra que me fundo todos los meses y tengo un BMW que te cagas”… y tenemos lo que nos hemos ganado a pulso.
Chamarruco, coincido totalmente con tu punto de vista, la cultura del pelotazo es lo peor. Desde las administraciones no esperemos corrección, sus altos cargos, son la “germinación” final de ese árbol del pelotazo.
Pero una puntualización, yo tengo asperger, sacaba tantos 10 que algunos examenes ni pasaba, la media me seguia saliendo bien.
La diferencia entre un 5 y 10, era al final del curso, un planfleto de carton, con un “PA” o un “SB”…y tristemente, eso es lo peor.
(bueno, y un suspenso en lenguaje que siempre me venia, hasta que con el pasar del tiempo, descubrí el porqué.
Resumiendo, que tienes razón. Que somos un poco raros pero no tontos.
Un saludo. 😉
Ahora,sólo falta transplantar cheerleaders, como los americanos y perder también a las chicas en el proceso.
Menos mal que mi hermana todavía cree en que romperse los codos en la universidad le abrirá más puertas laborales que saber hacer cuatro piruetas.
Atrasa la hora al blog (ahora mismo parece que estoy leyendo el futuro jaja. Salud2.
Mi opinión/consejo (vaya por delante que no soy padre): se debe intentar convencer al niño de que por mucho que mole el futbolista/cantante/famosillo de más éxito, por mucho dinero que gane, por mucho que salga a todas horas en la tele, hay dos hechos impepinables:
a)- Todo pasa, la gloria es efímera. No hay futbolista que siga en activo con más de 40 (muy pocos de más de 35), no hay demasiados músicos de éxito con más de 40 ó 50 años de carrera, para qué hablar de los famosillos de la tele. Al igual que las supernovas, se trata de una carrera fulgurante pero muy corta. Lo que se vaya a hacer, hay que hacerlo en unos pocos años.
b)- Por cada triunfador, hay cientos de “fracasados”. Los futbolistas que ganan verdadera pasta son los de primera división, enseñale la tabla de partidos del último domingo con los resultados regionales para que vea cuántos equipos hay y que en cada uno de esos equipos hay 15-20 personas que no ganan ni para vivir de ello (incluso en terecera división hay futbolistas que tienen que redondear el sueldo con otro trabajo… o al revés). Lo mismo para la música (Operación TRiunfo y similares es una buena “escuela”). De los famosillos de GRan Hermano y similar, ya ni hablamos.
El tema está en juntar estos dos hechos: carrera muy corta y muy disputada (cientos de competidores). Se trata de hacerle ver al niño una pregunta muy sencilla: ¿te vas a jugar toda tu vida en algo que tal vez podría rendirte mucho pero en lo que posiblemente tienes muy pocas posibilidades de triunfar? Yo, cuando era un niño, lo vi así por mí mismo. Por supuesto tenía cierta envidia de los futbolistas, pero ningún deseo en especial de intentar ser como ellos. No merecía la pena. A la larga, es mucho más seguro estudiar (un amigo mío solía decir que “te pueden quitar todo lo que tienes, excepto aquello que han aprendido”).
Además, ver la vida así tiene ora ventaja: si a vuestros hijos les gusta el fútbol (o cualquier otro deporte) conseguireis que se lo tomen como un divertimento en lugar de una competición y lo disfrutarán más. Y quién sabe, a lo mejor incluso se convierten en la próxima estrella del REal Madrid 😉
¿Estudiar?… no hombre, eso no tiene futuro.
Deportista o caradura para que vayan a la TV a hacer de tertulianos criticando famosos.
En este país, por desgracia, lo de estudiar ya no se estila ni valora. A día de hoy, y con el rumbo que lleva este país, no tendremos un profesional destacado en alguna rama que exija estudio y dedicación en un siglo.
Pero además desde hace años, y con la ‘colaboración’ de mucho ‘profesional’ de la enseñanza, que han ayudado a hacer:
– Planes de estudio cada vez menos exigentes.
– Colegio e Institutos donde el ambiente está cada vez más enrarecido y es más desmotivador.
– Una nivelación a la baja de todos los alumnos, para que el que le cueste más, o no quiera estudiar, no se sienta excluido ante quien podría ser un estupendo estudiante y algún día un estupendo profesional.
Estudiar, piensan muchos, no merece la pena.
Y me cuesta rebatir esas cosas cuando veo lo que gana un profesional que se ha pasado estudiando hasta los 21-24 años, frente a otros profesionales en trabajos menos cualificados.
No hace mucho leía en un foro a un chaval que con 24 años había entrado a trabajar en la Ford de Valencia, en la cadena de montaje.
Currando 8h al día se llevaba 1800€ al mes, mientras que un titulado (de una profesión con demanda) tardará varios años en llegar a esas cifras y eso a base de cambiar de empresa para forzar las subidas de salario.
Con ese panorama es muy difícil motivar a tus hijos para que estudien, se esfuercen y no asuman que estudiar no vale para nada.
El cuento de la cigarra y la hormiga, ¡qué gran mentira! Lo tengo comprobado en mi familia, en el trabajo, con los amigos.
Si me pudiera ir de esta sociedad/país, me iba para mejor.
Saludos,
Desde que he dejado de poner mis 2 carreras en el curriculum, me va mucho mejor, al menos me dan trabajo en fabricas y almacenes.
trabajo 8 horas ni un minuto mas y gano el doble que antes,
y me acaban de hacer fijo.
Antes me dejaba los cuernos, horas extras no remuneradas, contratos de horas y salarios miserables.
No me arrepiento de mis estudios pues es cultura que he ganado, pero de cara a esta sociedad fue una perdida de tiempo total.