Con la últimas prejubilaciones que sufrimos en mi empresa de por las mañanas, me he quedado como uno de los más veteranos del Departamento (eso si, yo me sigo viendo joven) y eso tiene algunos inconvenientes (en forma de achaques, cambios de gafas, canas…) pero también te permite alguna alegría verbal en las reuniones
Hace unos días estaba yo viendo con varios jefes, un problema que teníamos con unos programas que gestionan preparación y envío automático de los bocadillos de tortillas de patata. Parece que en ocasiones no atendían a tiempo los pedidos de bocadillos diferenciando entre los de tortilla con cebolla y los que eran solo de patatas. Uno de los nuevos jefes, se quejaba amargamente del trabajo de más que tenían que hacer para diferenciar los errores y decía: “La parte técnica, como no sabe de tortillas, no puede apreciar bien el esfuerzo extra a lo que esto nos obliga. Ellos no saben mucho sobre las tortillas”. Y claro, no me pude aguantar y le contesté: “La parte técnica, cuando tu estabas en la guardería, ya hacía tortillas de patata, pero a mano. Yendo al gallinero a recoger los huevos y batiéndolos a mano con un tenedor, porque no teníamos otro instrumento. Y por cierto, me enseñó a hacer tortillas, el que fue jefe de tu jefe. Ese al que nunca se le cayó un huevo y todas sus tortillas sabían bien. Eso si que era sufrir. Pero vamos que puedo entender el sufrimiento de comprobar las tortillas, puesto que las he cocinado antes a mano.” Y me callé, porque no seguí explicándoles que ahora la mitad de las tortillas se devuelven, que los huevos se caen de las máquinas automáticas…
Si es que van provocando y yo con estos calores no tengo freno. Menos mal que tampoco me hacen mucho caso, para ellos ya estamos chocheando…
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🙂
La alegoría de la tortilla…
Con ese tipo de contestaciones a jefes y siendo el más veterano…. Se puede estar “cocinando” otra “prejubilacion” 🙂
Al final el problema es que no hay huevos suficientes 😛