Llevo una temporada donde además de los libros de Ciencia Ficción estoy leyendo mucho de novela negra o novela policiaca. Así que voy recorriendo países leyendo sobre historias de detectives locales. Hoy toca un libro de un detective alemán: La Justicia de Selb escrito por Bernard Schlink y Walter Popp.
El protagonista de la historia es Selb un detective privado alemán. Fue fiscal en la Alemania Nazi y al final de la guerra decidió cambiar de profesión. En el libro lo contrata un empresario (un antiguo amigo) para que investigue unas filtraciones informáticas en sus fábricas. El tema era novedoso cuando se publicó la obra (finales de los 80) y la parte del fraude informática a los viejos del lugar digital nos traerá muchos recuerdos de como era la informática hace cuarenta años en las grandes empresas (las que podían permitirse ordenadores). También parece un libro más actual del que marca su fecha de publicación con la implicación de la política ecológica.
Con ese argumento la obra va avanzando y vamos descubriendo el pasado de los investigados y los investigadores… que se remontan hasta la segunda guerra mundial y al nacismo en Alemania. Por otro lado, como ya va siendo marca de la mayoría de las novelas de detectives vamos viendo los gustos culinarios de Selb: sus comidas y bebidas favoritas.
El libro reflexiona sobre el pasado, la redención, la reconciliación, el perdón, la culpa, la justicia… Los misterios del libro van destapándose como capas. El estilo es curioso: los misterios el detective los va resolviendo con un estilo directo y parece que lo hace casi sin queres. Pero cada vez que destapa uno aparecen nuevas derivaciones que van complicando la historia.
La novela nos obliga a pensar en lo que es justo y no. Y es una lectura que nos puede venir bien ahora que en España hemos vuelto a poner de moda las consecuencias de la Guerra Civil y de la Dictadura franquista. Es una situación de alguna manera parecida y nos permite ver la reflexiones y las soluciones de otros europeos a un problema parecido.
El libro se lee de un tirón y engancha bastante, muy recomendable si te gustan las novelas de detectives