Hace unos días termine de leer El jardín de las delicias de Ian Watson. Es uno de mis autores vivos de Ciencia Ficción favoritos. Podéis ver más reseñas de novelas suyas en el blog: El cerebro del más allá y Orgasmaton. Tal vez lo que más me gusta de él es que sus libros son muy diferentes. Cada vez que coges una de sus obras empiezas de nuevo. No es como algunos autores que tienen éxito y van repitiendo siempre la misma fórmula, aquí la idea es la innovación y el cambio completo.
Y algo de eso sucede con esta novela. Viendo el título y la imagen de la portada de arriba uno puede ya imaginarse el tema. La novela transcurre en un planeta que es una copia del cuadro de El Bosco con el mismo título. Pero además no descubro nada. En el libro ese hecho no se esconde sino que desde las primeras páginas se comenta y se da por hecho.
Lo bueno viene después. El autor introduce en ese planeta que está diseñado como el cuadro a seis tripulantes de una nave espacial. Vemos el choque que representa para ellos encontrarse con el derroche de imaginación del plante donde han aterrizado. Y a partir de ahí vamos siguiendo la historia de los astronautas que tratan de encontrar a los alienígenas que han creado tal mundo. Y por el camino van aprendiendo sobre la vida, la discriminación, el amor, el placer, el dolor… van creciendo como personajes y como personas.
A pesar de lo difícil que es explicar que exista un planeta como un cuadro renacentista a 80 años luz de la Tierra la novela va hilvanando una historia que resulta creíble. Más aun cuando conocemos a los alienígenas también vemos como ellos aprenden de este planeta que han creado.
En resumen, una novela que se lee de un tirón y que representan una idea novedosa en el mundo de la Ciencia Ficción. Muy recomendable.