La semana pasada volví a mirar la lista de clásicos. Así que pillé dos libros que estaban a la espera de tiempo y de ganas de leer. El primer libro que cogí fue El Invencible de Stanislaw Lem.
Se trata de una novela de los años 60. No tiene muchas páginas pero como muchas otras obras de Lem el número de ésta nos es una señal del tiempo de lectura. Tenemos aquí un autor con un estilo muy directo y fácil de leer. Pero detrás de esa sencillez se esconde la trampa de la reflexión. Y esta obra es un ejemplo de este estilo.
El libro comienza con el misterio que origina el viaje de una gran nave interestelar: El Invencible. Viajan hasta un lejano y deshabitado planea para buscar a otra nave (gemela del Invencible) que nunca volvió de allí. La ansiedad de los viajeros buscando su nave hermana y los supervivientes traspasa las páginas del libro para entrar de lleno en los lectores.
Como siempre hace Lem usa la tecnología de los sesenta y la extrapola hacia el futuro. Pero la extrapolación es más bien de fines más que de medios. Es decir, la nave viaja gracias a la energía atómica, usa ordenadores con cinta, hacen fotos con carretes que hay que revelar. Sin embargo, nos sentimos transportados a un futuro muy lejano.
La novela tiene tres partes desde mi punto de vista: hasta que localizan el pecio de la nave que vienen a buscar, luego mientras buscan el motivo de la caída de la nave y por último el enfrentamiento con la causa del fin de la otra nave y la forma que tienen ellos de escapar. Los personajes están casi reducidos a dos: el capitán y su segundo. Estos son los únicos que Lem describe bien y nos muestra sus pensamientos y sus dudas y decisiones. El resto van entrando y saliendo conforme son necesarias las explicaciones de cada una de las áreas de conocimiento que tienen. Por cierto, ningún personaje femenino por ningún lado, pero luego los misóginos son otros.
Volviendo a El Invencible, el interés de la novela va aumentando conforme vamos conociendo más información sobre el planeta donde han llegado. Y como esos datos van tomando forma cada vez más tangible. Luego tenemos la discusión ética y tal vez ecológica sobre si El Invencible debe tratar de vengar a su nave hermana o bien no hacerlo. Esto es lo que hace a las obras de Lem tan interesantes. El argumento nos hace pensar, nos pone en lugar de los protagonistas y nos obliga a elegir. No somos lectores pasivos, tenemos que situarnos de forma activa en algún bando. Hay que pensar y razonar los motivos de los protagonistas y escoger si haríamos como ellos o no. Pero además podemos imaginar la situación en nuestro presente y el igualmente sugestiva la respuesta.
En resumen, un libro que hay que leer si nos gusta la Ciencia Ficción y la literatura en general. Estas obras son de un tipo que rompen los corsés de un género y pueden y deben llegar a más lectores. Como digo no tiene muchas páginas y es fácil de leer, pero nos va a dar una gran satisfacción intelectual el pensar y repensar lo que el autor polaco nos propone.