Estos días he seguido con la lectura de colecciones de cuentos de Ciencia Ficción. Y he estado leyendo Los Superjuguetes duran todo el Verano y otras Historias de Brian W. Aldiss.
Tenía este libro pendiente de leer desde hace tiempo. Y al final me animé a leerlo, luego al final contaré el motivo. Como se puede ver en la portada, este cuento fue el que sirvió de base para la película de Steven Spielberg, Inteligencia Artificial, partiendo de un guión de Stanley Kubrick. Y justamente esa advertencia de la portada era la que me apartaba de la lectura del libro. La película de Spielberg, no me gustó nada. Como casi siempre, el cine es pésimo a la hora de adaptar historias de Ciencia Ficción.
Pero al final me puse manos a la obra. La obra empieza con una introducción de Brian Aldiss, donde cuenta su relación con Stanley Kubrick cuando éste trataba de escribir el guión de una película basada en el cuento Los Superjuguetes duran todo el verano. Y se ve el proceso creativo de Kubrick, muy meticuloso, pero también muy caprichoso y muy lento. Al final el director de cine murió antes de poder empezar a rodar. Spielberg heredó sus proyectos y rodó al final la película partiendo de las ideas de Kubrick. Muy recomendable para ver como se relacionan los escritores y los cineastas.
Y después ya entramos al libro. Hay tres primeros cuentos, el que da título a la obra, luego Los Superjuguetes cuando llega el Invierno y Los Superjuguetes en otras estaciones que van ligados. Se desarrolla la historia de un pequeño androide, que es usado por sus dueños como si fuese un hijo. Pero él no sabe que es una máquina y desarrolla una curiosa neurosis, por la que necesita se amado y aceptado por su madre humana. Al androide la acompaña un juguete robótico (un oso de peluche) y que es el contrapunto al niño androide. Vemos los problemas que pueden causar la convivencia entre robots y humanos. Los tres cuentos son muy interesantes y van describiendo un tipo de relaciones que no tardaremos en tener aquí, seguro que en unos años. Y por cierto me gustaron muchísimo más estos cuentos, que la película.
Luego hay otros cuentos, pero ya con una bajada de calidad muy alta. No llegan a la altura de estos tres primeros. Parece como si el editor pensara que con el tirón de los cuentos cinematografiados, tenía bastante y que no importaba la calidad del resto de relatos. Una lástima, porque el conjunto de la obra queda cojo. Así que se trata de una colección de cuentos con unos primeros interesantes y que luego el interés va decayendo.
Y ahora el motivo por el que me puse a leer esta obra. A mi hija le regalaron la última versión del Furby. Se trata de un muñeco que admite una pequeña interacción con el niño. Evidentemente no es un androide y mi hija tiene claro que es un juguete. Pero hay momentos en los que parece que tenga a otro amigo con ella, o por lo menos a una mascota. Y es fácil y sencillo olvidar que es una máquina. Y recordé este libro pendiente, al pensar en lo que el futuro de los juguetes digitales y los robots nos depararán en el futuro