Sigo en mi empeño de ir leyendo obras de autores contemporáneos españoles. Como ahora hay mayoría de escritoras, pues toca otra obra de una mujer. Hace unas semanas leí La memoria del alambre de Bárbara Blasco.
El libro me llamo la atención por la foto de la portada (aquí estoy viendo a chicas que conocí en aquellos años que pueden encajar con las dos chicas de la portada) y por el resumen de la contraportada. Una novela sobre dos jóvenes mujeres que empiezan a hacerse mayores desde su más tierna adolescencia. La historia va describiendo la vida de dos chicas que por edad y años que viven casi coinciden con los mismos… diablos si podría ser algo que encajase en mi biografía. Cuando uno lee tiene que moverse a otros sitios, a otras realidades, a otras épocas. A pesar de que somos unos animales racionales que siempre buscaremos los patrones y las semejanzas con nuestras propias experiencias, ese alejamiento del lugar, sociedad o tiempo en el que transcurre el argumento de un libro es un hecho que siempre nos separa de la historia. Pero en el caso de este libro para mi el alejamiento es de género (no soy mujer como las protagonistas) y del tamaño de las ciudades donde viví esos años de iniciación a la vida.
El libro se lee de un tirón, no es muy largo y la historias sigue bien. La autora recurre a la técnica de los saltos atrás en el tiempo para contarnos sus andanzas entre los 14 a los 16 años, acompañada de su mejor amiga. La acción se sitúa en los primeros años 80 del siglo pasado en Madrid. La música juega un papel muy importante en la historia y es divertido ver que conozco toda la música que aparece en el libro y que muchos de los sentimientos que canciones y autores les despiertan a las protagonistas tienen su reflejo en mi.
Vemos esos años donde recién salidos de la dictadura la juventud va rompiendo barreras y haciendo cosas que un lustro antes hubiesen sido impensables. Detrás de los episodios que nos van desgranando la autora en sus saltos atrás hay una historia que se teje con el presente. Lástima que se adivina bien pronto, pero bueno eso no quita la gracia a la historia. Las protagonistas van a lo suyo con unas actuaciones que en muchos casos rozan la autodestrucción, llegando a algunos extremos un poco inverosímiles. Pero en esos años locos la gente joven quería romper corsés y se pueden entender casi todo.
Me ha gustado mucho la novela, no tanto el final ni la historia con la que trata de hilvanar sus recuerdos juveniles, pero es muy recomendable si eres como yo de la generación que vivió su juventud en los años 80. Y si eres más joven puede venirte bien si quieres tratar de entendernos un poco. Echaba de menos algo escrito sobre mis años mozos, unos momentos increíbles para mi (que voy a decir sino de mi juventud) y que están poco representados por personajes jóvenes en la literatura española. Nostalgia y ganas de que alguien escriba de nosotros que tengo. Imagino que al final en algún momento seré yo el que coja la máquina de escribir y desgrane la historia de algunos hombre jóvenes, por contrastar con ésta de mujeres.