He leído una entrada en Un informático en el lado del mal, donde partiendo de una viñeta de Dilbert, pues aprovechan para meterse con los Tecnicoless.
No puedo evitarlo, y reproduzco aquí la viñeta de Dilbert y la traducción de Maligno:
Viñeta 1:
- El nuevo software es un desastre (Alice)
- Entonces, ¿por qué lo recomendaste? (Jefe)
Viñeta 2:
- Ese software es idea tuya, mi recomendación fue contra él
Viñeta 3:
- ¿De quién es el fallo? (Alice)
- De la persona con recomendaciones menos persuasivas (Jefe)
Y la verdad es que esta escena le ha vivido ya demasiadas veces. En mi empresa de por las mañanas, se inicia el proceso de selección de una nueva aplicación, se piden ideas, se hacen informes, se hacen contrainformes, se inicias guerras, y al final lo que diga la rubia, como en El Informal.
Claro que eso era antes, ahora es mejor, ahora es lo que diga el del traje negro (el Consultor).
Pero si me voy a mi trabajo en la tienda, todavía me siento más identificado, cuando un cliente te dice, que por qué gasta tanta tinta, pues porque te compraste la impresora que te dijo tu primo, no la que te recomendamos nosotros. O no puedo jugar, qué esperas si tienes una gráfica en placa base integrada… y así ejemplos casi a diario.
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He visto ya en demasiadas empresas que la decisión final y última sobre software y hardware corresponde al director económico-financiero. Que tenga en cuenta la opinión del jefe/director de sistemas o no, ya depende de cada caso. En demasiadas ocasiones entran en juego “otros factores” aparte de la relación calidad/precio 😉
El problema es cuando el director economico-financiero es un bruto ignorante (y no me refiero solamente al area tecnologica).