Futuro próximo, Al final del Arco Iris de Vernor Vinge

En ocasiones leemos artículos, entrada de blogs, reportajes… donde se nos muestra como puede ser el futuro de las tecnologías de la información. La mayoría de las veces esas predicciones resultan erradas. La verdad es que es complicado saber que va a suceder dentro de unos años en cualquier campo (bueno, rectifico, nuestros políticos no tienen esos problemas ellos tienen claro que su situación va a mejorar, digo tienen claro que es lo que pasará y como resolverlo) Y el campo de las nuevas tecnologías, pues el futuro todavía es más difícil de adivinar.

Pero siempre nos queda la ciencia ficción. Hace unos meses leí el último libro de Vernor Vinge, “Al final del Arco Iris”. El libro tiene varias tramas argumentales dentro que al final, como casi siempre, pues convergen en un final interesante. Pero lo que más me ha llamado la atención del libro, no son las historias, sino la ambientación. Vinge sitúa la acción del libro en un futuro cercano (a 10 o 15 años de aquí) y se apoya en lo que sabemos sobre nuestra tecnología y como ha evolucionado en estas década, para tratar de ver como será todo dentro de una década. Y la verdad es que lo que describe tiene muchos visos de ser un futuro cercano nuestro, sobre todo cuando una de las tramas que cuenta ya se está produciendo en estos momentos, aunque no de forma tan destructiva como cuenta.

Así en Al Final del Arco Iris, podemos ver algunos avances curiosos:

• La informática weareable, el ordenadores lo compraremos en las tiendas de ropa. Vamos que nos tendremos que reconvertir. La capacidad de cálculo se llevará encima de uno, en la chaqueta, en el pantalón. El concepto de ordenador, de teléfono móvil, de gadget tal y como lo conocemos, desaparece, no veremos el hardware, pero el hardware estará en casi todos los sitios.
• La red está en todas partes y todo está en la red. Allá donde van los protagonistas de la novela, hay cobertura de red. Todo está conectado a la red y todo tiene una dirección IP. Ejemplos de esto, los coches no llevan volante, saben donde están y como ir a cualquier sitio, no hacen falta semáforos, el tráfico se regula solo, hablando entre los vehículos.
• Con la potencia de cálculo encima de uno, y con red en todas partes, la realidad aumentada es usada por todo el mundo. Así uno de los aparatos que más me gusta son las lentillas que muestran información adicional mostrándola sobre la realidad que nuestros ojos ven.
• El cambio tecnológico, provocará la aparición de analfabetos digitales. Pero son una nueva clase de analfabetos, son personas que eran brillantes en la época analógica, que tenían poder, dinero, influencia… pero que no saben las nuevas reglas del juego. Impagable el capítulo donde describe las clases que imparten para este tipo de personas.
• Desaparición del libro físico, cuando una gran empresa inicia una digitalización a gran escala de todo lo publicado. Y esto no me parece que sea nada descabellado ahora mismo ya.
• Medicina a la carta, aquí otra idea que me ha gustado mucho. Los medicamentos y los tratamientos médicos, dejan de ser generalistas. Es decir no probamos una nueva molécula con muchos miles de pacientes y vemos sus resultados. Pues no, como tenemos potencia de cálculo a nuestra disposición, la aprovechamos. Estudio del paciente y medicamentos y tratamientos personalizados para cada caso. Con simulaciones con los parámetros del enfermo en cada caso.
• Militares digitales, hay que ver cuando nos describe el armamento de la infantería de marina americana, los cambios que se pueden dar en una década.
• Actualización, me dejaba fuera tal vez lo que más me gustó: la inteligencia de los grupos de usuarios. Es decir ver como para resolver un problema la conjunción de un grupo elevado de personas conectado a través de Internet es una fuerza poderosísima. En la novela se muestran ejemplos y se llega incluso a la mercantilización: se venden foros para resolver problemas. Algo que ya está aquí.

En resumen, que este libro presenta una visión de nuestro futuro próximo muy realista y con bastantes posibilidades de que muchas de sus ideas las vemos en un plazo relativamente corto. Eso si, seguro que nada será igual que este libro, pero nos puede dar muchas ideas de lo que nos espera.

Y ahora a esperar otros siete u ocho años para que Vernon Vinge nos deleite con una nueva obra suya.