Hace unos meses escribí una entrada sobre clientes que tenemos que dependen del hardware (bueno y también del software) para vivir o para tener una calidad de vida aceptable. Aquella era de cabreo por la actuación de los jerifaltes de la liga de futbol “profesional” y sus amigotes de las televisiones que emiten los partidos. Os comentaba que tenía otra entrada en la lista de pendientes sobre el tema. Hoy me ha llegado un aviso de problemas con algún hardware y software que da soporte vital a algunos de nuestros clientes y he recordado el tema, así que remato la entrada y la publico.
Tengo un familiar cercano que tiene Diabetes Tipo I. En estos casos debe controlarse la glucosa en sangre, controlar los hidratos de carbono que consume y administrar dosis de insulina artificial según los hidratos que coma y el ejercicio que haga. Hace aproximadamente un año le indicaron que iban a cambiar el sistema que tenía de administrarse la insulina (manual) por una bomba con cierta “inteligencia” que aprendía de su comportamiento. Desde el hospital le dijeron que el punto central del sistema era el teléfono móvil. Os lo explico, hay un sensor que mide la glucosa que tiene en sangre el paciente. Ese dato se envía al teléfono móvil donde el software de la bomba decide cuanta insulina hay que administrar. Además en el teléfono móvil se introducen los datos de hidratos de carbono que se consumen cada vez que se come. Esta información también la usa el algoritmo de la bomba para decidir cuanta insulina va a inyectar.
Por ello en el hospital le indicaron que el teléfono de mi familiar debía ser un Android y además solo algunos modelos estaban certificados para funcionar a la vez con el sensor de glucosa y con la bomba (doble compatibilidad) le hicieron mucho hincapié en que en ningún caso iba a poder usar un iPhone. No era el caso, mi familiar tenía un Android al que por cierto le quedaba ya poca vida. Así que aprovechando que había que cambiarlo me tocó encargarme de la investigación. Hablé con el personal del hospital (por cierto gente encantadora y dispuesta a ayudarte en todo lo que necesitaras) y me dijeron que ellos recomendaban dos modelos de gama media de Samsung. Que las series S`s de Samsung funcionaban pero los veían demasiado caros. Me pasaron las webs de la bomba y del sensor que tenían pensados usar con mi familiar.
Así que hice lo mismo que hago con el hardware de PC: leí las dos webs y compilé una lista con los smartphones que aparecían en ambas listas. Aparte de los Samsungs, había un Motorola y los Pixel de la propia Android. Luego me puse a consultar blogs y foros sobre la bomba y los sensores y los teléfonos que empleaban los autores. Y vi una tendencia: parecía que los pixel daban mejor resultado que los Samsung. Así que le recomendé a mi familiar un Pixel. Como no queríamos disparar el presupuesto, optamos por un Pixel 7A. Estaba en las dos listas y cumplía los requisitos de memoria y potencia que pedían.
Cuando hubo que hacer la instalación del sistema me fui de acompañante por si hubiese algún problema con el Pixel y el resto de aparataje. La enfermera me comentó que era la primera vez que veía un Pixel. El fabricante de la bomba enviaba siempre a un técnico para colaborar. Nos dijo que la primera sincronización siempre tardaba, porque era un poco pesa… no había terminado de hablar y el sistema ya estaba operativo. El técnico y la enfermera se miraron y nos dijeron que era la primera vez que en el primer intento todo arrancaba sin problemas.
Mi familiar desde entonces sigue con el Pixel sin ningún problema con el móvil. No así con el resto del hardware: la bomba hubo que sustituirla por una avería de la misma. Me acuerdo que cuando llamamos al técnico que nos atendió la primera vez le pasé un documento con todas las pruebas que habíamos hecho para comprobar que el fallo era de la bomba y no de ningún otro elemento del sistema. Nos dijo que no hacía falta hablar más que habíamos hecho más pruebas de las que recomendaban, al día siguiente teníamos una bomba nueva.
Al final he hecho amistad con la enfermera. Desde entonces está recomendando los Pixel, viendo que el resultado era mejor que con los Samsung. Le expliqué como lo había escogido. Y me estuvo contando historias para no dormir sobre su trabajo. Me comentaba que muchos de sus clientes son chicas jóvenes y que el 80% de ellas tienen un Apple y el resto un Xiaomi. Que no entienden que el sistema de sensor más bomba no funciona en sus móviles. Me contaba que sobre todo en el caso de las usuarias del iPhone lo que hacían era comprarse un Samsung para usarlo como gestor de la bomba y seguían con el iPhone como móvil de uso diario. Y claro muchas veces se olvidaban el Samsung en casa o no lo cargaban con regularidad… jugándose la vida por estar a la moda.
Hace un par de meses la enfermera nos llamó porque por fin el software de gestión de la bomba y los gestores funcionaba con los iPhone (fue un efecto colateral de la apertura de la tienda de aplicaciones de Apple por la presión de la Unión Europea). Así que estuvo dos semanas migrando de Android a iOS a todas las jovencitas que querían usar su iPhone para estos menesteres.
Y he recordado esta entrada, porque hace un par de días mi familiar me enseña un mensaje urgente que le había enviado la enfermera. El mensaje era para todos los usuarios del modelo de bomba de mi familiar, que era el único filtro que tenía la enfermera. En el mensaje se recordaban las reglas que explicaron cuando instalaron el software en los iPhone, el más importante de los cuales era no actualizar el iOS a una versión superior sin antes esperar el visto bueno del fabricante de la bomba… ya os podéis imaginar lo que estaba pasando. Varios pacientes con iPhone habían actualizar el iOS y la bomba se había quedado inutilizada sin poder cumplir su función.
Esto nos permite ver como en los tiempos que corren hay que se consciente de lo importante que es hardware y el software que tenemos y como nos puede ayudar a vivir mejor. Y además como en ciertos casos como los que comento es importantísimo ser consciente de que nuestra vida está en manos de una hardware y software que hay que saber usar y que tiene unas limitaciones que no se pueden sobrepasar. Pero como en muchos otros casos los usuarios son pocos dados a leer y a querer entender ciertas cosas sin pensar en lo importantes que son.