Puedes vivir toda tu vida con la familia y que para ésta sigas siendo un total desconocido. No importa lo que hagas por ellos que seguirán sin entenderte y será el bicho raro. Eso sí el bicho raro que le dejó una herencia para que ni los bisnietos necesiten trabajar nunca jamás.
Pero eso no se agradece. Tu eras el hermano raro y ahora que no estás lo que a ti te importaba lo vendemos y a otra cosa. Realmente no necesitamos el dinero para nada, pero que más da si eso es una colección de cachivaches que ya son antiguos. Hermano que te daba por coleccionar chatarra. Cuando vivías no te lo podía decir, no fuese que me desheredases pero a quien se le ocurre comprar un ordenador con el que aprendiste a programar, solo porque gracias a esos conocimientos ganaste miles de millones de dólares. Eso no puede quedarse en el patrimonio familiar. Así que lo siento por ti, pero voy a vender todos los trastos de tu museo. Ahora que estás muerto puedo mostrarte lo que me importabas.
Algo así estará pensando Jody Allen la hermana de Paul Allen el cofundador de Microsoft. Paul Allen entre otras muchas cosas que hizo una vez dejó Microsoft fue montar el Living Computers Museum de Seattle. Era un museo de ordenadores. Allí se mostraba al público la colección de ordenadores y sistemas digitales que Paul Allen iba comprando. Hay una minicomputadora PDP-10 de Digital Equipment Corporation de 1971 que es el modelo con el que Paul Allen y Bill Gates aprendieron a programar. No puedo evitar poner esta foto del ayer y hoy del dúo:
Ahora toda esta historia de la informática se subastará. Y uno no puede evitar que la caiga una lágrima. Es una lástima que un patrimonio histórico (si, estos ordenadores son ya parte de nuestra historia por mucho que no se entienda) se disgregue y se separé. La familia no respeta ya nada de los muertos.
Eso sí me llama mucho la atención que los Portland el equipo de baloncesto de la NBA no los ha vendido, ni el equipo de la NFL… parece que el deporte es más importante que la historia de la tecnología.