Hay veces en que las empresas van creciendo, se van haciendo más grandes, hasta que en un momento dado, caen con gran estrépito.
Parece como si el tamaño fuese una maldición. Realmente la maldición es el aumento de burrocratas que se van multiplicando por la empresa, conforme ésta se va haciendo más grande.
Hace unas semanas os contaba el caso de un cliente al que un disco duro externo le había dado un susto. Le recomendamos al cliente acudir a una empresa de recuperación de datos en Madrid, y ahí nos quedamos.
El otro día el cliente se pasa por la tienda para comprarnos un disco duro extra para su PC, porque visto lo visto, prefería tener otro disco con sus datos críticos duplicados. Ya que estaba allí, aprovecho para preguntarle si le habían podido recuperar los datos del disco duro externo:
– Si, nos han recuperado el disco duro, aparentemente todo se puede recuperar.
– ¿Cómo aparantemente?
– Pues eso, nos dijeron que eran recuperables, pero todavía no los tenemos
– ¿Por qué no los tenéis todavía?
– Resulta que para este proyecto, Contabilidad ha decidido pagar todas las facturas a 90 días, mi jefe se ha pasado dos semanas discutiendo con contabilidad, y al final ha conseguido que nos paguen a 60 días. La empresa que recupera el disco duro, ha dicho que hasta que no cobren, no nos mandan los datos…
– ¿Pero no era algo muy urgente?
– Y lo es, tenemos una parte del proyecto parado, porque no están los planos… así que hemos desviado trabajo a otros proyectos, hasta que pasen los 60 días y nos entreguen los datos con los planos del proyecto original…
Así uno se explica como caen las grandes empresas, con decisiones absurdas y departamentos de administración totalmente alejados del objetivo real de la empresa.
8 Comentarios
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Estas burradas…me suenan y mucho.
Jajaja… que recuerdos… jajaja
Esto es demasiado normal, por desgracia…
Saludos
Ostia que bueno¡¡¡ Igual que en mi curro, pandilla de pringaos que son.
Que coraje me da escuchar historias de este tipo. Y lo peor es que es más habitual de lo que nos gustaría.
Yo solo digo una frase:
“Donde no llega el riego sanguineo, no pidas que piensen”.
Por desgracia, esto pasa con todas o casi todas las empresas.
Dyc, gente sin complejos
Hombre, que no me fastidien…Yo trabajo en un Ayuntamiento, y nuestras normas de procedimiento son bastante más restrictivas que en una empresa (por no hablar de la liquidez). Ahora bien, me llega un currito y me dice: “Tal empresa no nos sirve esta pieza crítica si no les pagamos en mano”, y a pesar de que tenemos una larga cola de pagos, instrumentos existen para hacer eso y que un servicio no se pare por falta de, por ejemplo, un repuesto. Desde luego, yo no dejo un servicio municipal sin funcionar por cubrirme las espaldas.
Que algo así pase en una empresa privada me parece motivo como para despedir a alguien, la verdad; alguien que, además, seguro que cobra bastante más que los que estamos en el sector público.
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