Hace un par de semanas hice una presentación en grupo en una asignatura en la Universidad. Se trata de un profesor que se toma en serio las ideas de Bolonia y sigue un sistema de evaluación continua real. Antes de exponer mi grupo, expusieron algunos grupos más.

Las exposiciones que vi se parecían mucho entre ellas. Todas realizadas con Canvas, con muchos colores, cambios de tipo de letras, llenas de imágenes… al final en la mayoría de las diapositivas no se podía leer el texto, ya que las fuentes eran muy artísticas pero poco legibles y los tamaños de las letras eran muy pequeños. Así que fui apuntando:
- Usar fuentes legibles
- Emplear tamaños grandes para que se pueda leer el texto desde el fondo de la clase
- El proyector es algo veterano y funciona todavía en 4:3, así que usar ese formato en la presentación.
- Emplear pocas imágenes y a ser posible no mezclarlas con el texto
- Usar poco color y colores sólidos con buen contraste.
Lo curioso es que el líder de mi grupo de exposición había tomado unas notas casi como las mías (excepto lo del formato 4:3 que ni sabía lo que era) así que le dije que yo me encargaba del formato de la presentación. Mi compañero dividió las tareas entre los demás compañeros del grupo. Les dijo que preparasen por un lado las diapositivas de la presentación, pero pensando en que fusen cortas y pensadas para que los compañeros viesen las ideas principales y que por otro lado preparasen un texto más largo que es el que expondrían y el que luego entregaríamos como material de apoyo a la presentación.
Yo por mi parte (y ahora voy al título de la entrada) recordé que en el siglo pasado invertí algunas horas de mi vida preparando algunas plantillas para office en mi trabajo en mi primera empresa de por las mañanas. Y esas plantillas en su momento las guardé. Así que las desempolvé digitalmente. Saqué una plantilla de Powerpoint con letras muy legibles. Recuerdo que usaba Future para los títulos y arial para el texto. En un alarde de modernidad, cambie la Future por Roboto y la Arial por la nueva de Microsoft Aptos display. Al ser una plantilla con cambiar en la diapositiva maestra se heredaba en el resto.
Y recuperé también una plantilla de Word que hice por las misma fechas. En el Word si que no toqué nada, la dejé tal y como estaba. Allí usaba un sistema de numeración y estructura de párrafos pensada para dar forma a informes y análisis de procesos. En este caso con la misma plantilla preparé un trabajo de Derecho Internacional Privado.
Yo como buen gandul digital me sentí muy orgulloso de tener la base para el trabajo preparada sin apenas invertir tiempo… aprovechando el que invertí hace casi 30 años.
Nos quedó una presentación muy aséptica, pero que se leía desde el fondo de la clase y que cualquiera podía entender. Por un momento me creía un consultor de BCG. Hace 20 años en mi empresa de por las mañanas nos llevaron a un curso de BCG para aprender a hacer presentaciones simples y claras… la verdad es que fue un curso interesante, me dediqué a mis cosas, ya que evidentemente no me contaron nada que yo ya no supiese ni aplicase.