A veces olvido que no es mi trabajo

Hay costumbres que cuestan perder. Una de ellas es la de reportar incidencias. En mi anterior puesto en mi empresa de por las mañanas, dedicaba buena parte de mi tiempo a revisar aplicaciones, probarlas y reportar errores e incidencias; ya fuesen errores, como mejoras para ganar tiempo. Ahora en mi empresa de por las mañanas, me dedico a otros menesteres muy diferentes, pero cuesta mucho olvidar las rutinas.

Y de vez en cuando, me da por reportar errores, pensando que todavía es parte de mi trabajo. Este fin de semana, mi mujer vio una promoción en un famosa web que se dedica a vender zapatos. Además le habían enviado un código de promoción con un descuento que dejaba el precio muy atractivo. Y lo más importante, tenían su número en ese modelo (que es lo realmente impulsó en su día a mi esposa a comprar zapatos en la red).

Al cabo de un rato de tratar de hacer la compra, mi mujer me llamó. No conseguía acabar el pedido. Al final 20 minutos después, cerramos el pedido. Y cuando estábamos acabando, nos apareció una ventana con una encuesta sobre la venta. Entonces les escribí un pequeño mamotreco, con un resumen de los errores que habíamos tenido en el proceso de venta. Y al cabo de cinco minutos, me enviaron un correo agradeciéndome mi opinión e indicándome que iban a tratar de resolver los problemas reportados lo antes posible. Vamos que deberían haberme regalado unos zapatos… digo yo.

Imagino que los “errores” serían debidos a la costumbre actual en las grandes empresas: subdividir el trabajo de programación y no pagar mucho en la integración. Me explico, los problemas no eran en sí errores directos. Eran problemas sobre todo de comunicación de información entre módulos. Es decir, cada pieza del programa por separado funciona bien… pero los datos que envían y reciben entre ellos… no lo hacen de forma correcta. Esto es un mal casi universal, cada programador no ve más allá de su pequeño módulo y nadie se molesta en explicarles el funcionamiento global de la aplicación. Y por supuesto, donde menos se invierte es en las pruebas integradas finales…