Hoy leía una noticia de esas que no sabes si creerte o no. Parece que en Alemania, un empleado de banca se quedó dormido sobre el teclado y realizó una transferencia de más de 222 millones de euros, ya que se apoyó en el número 2 y lo pulso con la cabeza repetidas veces.
La verdad que para alguien que haya trabajado en una caja de ahorros o en un banco, la noticia es muy poco creíble. Como es mi caso, pues no me creo nada. Normalmente los sistemas de trabajo de una entidad financiera, avisan cuando se introducen cifras muy altas. Pero aunque ese control no existiese en este banco, además de escribir la cifra, debe luego confirmarse y vamos no me veo yo al empleado dando cabezazos y acertar primero en los números y luego en la tecla de aceptar. Otra cosa, es que por error alguien cansado, hiciese una transferencia por el importe equivocado. eso si que es más habitual.
En mis años de trabajo en cajas de ahorro, me he encontrado casos de errores de este tipo de todos los colores. Así que tiro de la memoria y os cuento algunos, que si son verídicos.
Recuerdo al poco tiempo de empezar trabajar de cara al público en una Oficina. Como siempre pasaba con los novatos, nos enviaban a la ventanilla de cobros y pagos. Un día llega un cliente que solía hacer ingresos importantes un par de veces por semana de más de 200.000 pesetas de la época. Viene con su sobre de dinero y yo empiezo a contar, le pido la operación que quiere hacer y el número de cuenta. Y realizó un ingreso en la cuenta que me indica el cliente. Al cabo de una hora más o menos, vuelve el cliente y me pregunta que si recuerdo la operación que le he hecho hace un rato. Le digo que si, que ha ingresado 200.000 pesetas en su cuenta. Me dice que compruebe la cuenta, miró y allí veo solo 20 millones de pesetas recién ingresadas… así que con el permiso del cliente, anulé el abono y lo pase por el importe correcto. Menos mal, porque si no nos avisa, cuando fuese la hora de cerrar y hubiese hecho el cuadre, el susto no me lo quita nadie. Esos errores en ocasiones eran generados porque para ir más deprisa, teníamos unos teclados (Nixdorf por cierto) con teclas con dos y tres ceros, que al pulsarlas, pues hacían eso ponían en el campo dos o tres ceros con una sola pulsación y era fácil pulsar por error la tecla de dos ceros en lugar del cero normal…
Pero no solo teníamos problemas con los ordenadores. En ocasiones es muy fácil liarse con el dinero físico y más si vas en un camión blindado. Un día nos llega la remesa de efectivo diaria a la Oficina. Entran los compañeros de seguridad, se identifican, pasan al bunker de la Oficina y nos dan dos sacas de billetes. Firmamos el recibí y se van los guardias. Era día de pago de pensiones, así qué no nos extraño ver mucho dinero. Lo contamos y coincidía con la nota que firmamos, todo correcto. Como íbamos con prisa, no dimos de alta la nota de entrada en el sistema informático. A media mañana, aparece con cara de preocupación el Director de un Banco de la competencia. Resulta que la clave bancaria de esa entidad, coincidía con el número de nuestra Oficina. Nos llama por teléfono nuestro director y nos pide que repasemos el envío de dinero de esa mañana. Teníamos 10 millones de pesetas de más, cortesía de un error de los guardias de seguridad, que nos habían dejado nuestra remesa y la del otro banco. Aquí empezó luego una pequeña odisea burocrática para tratar de solventar el error sin que Auditoria nos pegase un paquete a nosotros… pero al final se consiguió.
Luego hay errores que aparecen al cabo del tiempo. Estando ya trabajando en análisis funcional, nos llaman un día los compañeros del CAU (Centro de Atención al Usuario, los que recibían las llamadas y correos con incidencias desde la red de Oficinas). Nos dicen que tienen a una Oficina que dice que a un cliente le hemos cobrado un recibo de préstamo de 50.000 Euros, pero que el préstamo era para una casa y solo era de 125.000 Euros. Que repasemos el programa de cálculo de cuotas que algo debe andar mal. Empezamos a mirar y nos vamos a ver la operación. Aparentemente una hipoteca normal de compra de casa. Pero llegamos al tipo de interés… y vemos que estaba grabado un tipo del 9.000 %. si, habéis leído bien un nueve y tres ceros. El terminalista que había tecleado el préstamo en el ordenador, se había equivocado. Pero repasamos la escritura del préstamo… y allí ya aparecía el tipo de interés del 9.000 % y ni el notario, ni los clientes, ni el Director de la Oficina que habían leído la escritura y la habían firmado, habían reparado en el error. Así que el terminalista, no se equivocó, introdujo en el ordenado los datos de la escritura. Esta es una incidencia que si nos pasara ahora… seguro que salíamos en todos los telediarios. Menos mal que eran otro tiempos. Grabamos el tipo de interés bien, y volvimos a la notaría a firmar una rectificación del tipo de interés, haciendo constar en la escritura el tipo correcto.
Así que cuando se trabaja con dinero, ya sea virtual, ya sea real no es tan difícil equivocarse, eso si, cuanto antes se arregle el error mejor. La última anécdota de estas de las que tardan en resolverse. Estaba yo en un plan de cambio de ordenadores en Oficinas, quitábamos terminales y poníamos PCs (ahora estamos haciéndolo al revés… el ying y el yang de los consultores) y en ocasiones teníamos que entrar con la sierra en algunas Oficinas para hacer sitio a los monitores de 15” CRT. En una de esas Oficinas antiguas todo madera, empezamos a serrar la parte trasera de un mostrador… y de repente aparece un paquete de billetes de 5.000 pesetas, empaquetado con su sello y billetes polvorientos pero nuevos… Empezamos a hacer arqueología contable y localizamos un descuadre de medio millón de pesetas que había ocurrido hacía 4 años. El empleado aseguraba que le faltaba un fajo de billetes de 5.000 en la remesa de efectivo. Ahí estaba el fajo. Recuerdo al compañero diciendo: “Veis como tenía razón… al contar faltaba un fajo”. El fajo se había colado por una rendija y llevaba 4 años allí hasta que lo sacamos de su sueño con la sierra al romper el mueble.
11 Comentarios
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impresionantes relatos.
a mi hace 6 años me ingresaron en mi cuenta de ING un ingreso por caja de 2400 euros, desde una Oficina de Malaga. Yo soy de la zona levante.
estuve 4 meses calladito. nadie lo reclamó, y al final me lo gasté. Nunca me dijeron nada. LOL !!.
y otra. tengo un compañero que trabajó en la banca-online de una entidad de la zona, cuando empezó la moda de banca por internet, alla para el año 99.
en la gestion de broker vio como hacian una compra de 100 millones de pesetas en acciones del banco de Valencia, y MISTERIOSAMENTE, subieron un 2% al poquito de dicha compra.
Supongo que sería información confidencial de algun JERIFALTE A algún amiguete. Así nos ha ido el pais.
#tendero_fan En el primer comentario confirmas que te ingresan dinero que no es tuyo y te lo gastas, y en el segundo supones (porque no lo puedes confirmar) que se especuló con acciones. ¿Y al final dices “así nos ha ido el país” por la supuesta especulación pero no por tu jeta?
Respecto a la noticia, yo tampoco me la creo. Me extraña mucho que se pueda confirmar, así, a las bravas, una cifra tan escandalosa.
Los controles de calidad dentro de la prensa española, con noticias como ésta, deben estar bajo mínimos. Es que sólo alguien que no tenga ni la mas remota idea del funcionamiento de una oficina -ya no bancaria- se puede tragar semejante cuento. Luego se quejarán de que no venden periódicos, pero si ésto es el paradigma de periodista multimedia que Cebrían &co quieren, van de cráneo, la verdad
Hoy en día no hay periodistas. Hay becarios que buscan en Google y que algunos parecen que no hayan aprobado ni la EGB/ESO. Si a eso le sumamos la enorme politización de los medios(el País, ABC, La Razón), la gran inventiva de algunos (El Mundo, Pedro J y sus delirios de grandeza) y la proliferación de medios adoctrinantes, en los que la ideología se come a cualquier atisbo de realidad (13TV, Intereconomía, La Gaceta, etc), tenemos como resultado la triste realidad de la prensa española.
y qué pasó con el fajo de billetes encontrado?. Entiendo que la falta al principio la cubriría algún seguro, pero, ¿qué hicisteis cuando os o encontrasteis?.
La tentación de repartirlo ha de ser grande… En esos casos, se marcan la numeración de los billetes o similar?
Un saludo!
Pues lo que se hace con el fajo depende del contrato del empleado. Para empezar, los descuadres no les cubre ningún seguro, esos van a la cuenta de resultados de la entidad, con una salvedad, si al empleado se le está pagando “quebranto de moneda”, él asume las faltas de efectivo, y si luego aparecen, recupera el dinero. En caso de que el empleado encargado de caja no tenga dicho concepto en su nómina, es el banco el que asume las diferencias.
Y nunca, nunca, nunca, se reparte el dinero que sobra, ni hay tentación, ni siquiera se piensa en ello. Se da la diferencia contable y punto. Uno no se juega su puesto de trabajo por eso. El dinero con el que trabajas en el banco terminas no viéndolo como tal, sino como un material más del curro del día a día.
Mou: ya te ha contestado Gabriel muy bien. Cuando trabajas mucho tiempo con dinero físico que no es tuyo… pierdes esas tentaciones. Y no te juegas el trabajo. El dinero se entrega a la Oficina y se contabiliza en la cuenta de descuadres, donde se cargó en su momento. Además en la ficha del empleado al que se le imputó originalmente el descuadre, se le elimina de su historial.
[…] Errores de grandes números en banca […]
Yo no he visto errores con dinero, pero sí que he visto cosas por quedarse dormido.
Cuando entré en una empresa, el que me tenía que explicar parte de la operativa tenía narcolepsia, y se quedaba dormido delante del ordenador, con la mano en el ratón.
Mientras me estaba explicando vi como se quedó dormido mientras pinchaba sobre una carpeta, y la fue arrastrando dormido y la terminó soltando en otra carpeta.
Luego se quejaba de tenía virus o que alguien le entraba en el PC, porque le desaparecían cosas…
La narcolepsia, da lugar a situaciones cómicas, sino fuese por lo grave de la enfermedad. Yo estaba en el CAU, resolviendo dudas por teléfono a usuarios y teníamos a un compañero que se quedaba durmiendo, mientras hablaba por teléfono, mientras resolvía un caso…