Productividad, TI y dialogo con un sordo

Es muy clásico leer por la red, como la inversión en TI suele reflejar un aumento de la productividad en la empresa. No siempre es así, porque en muchas ocasiones la inversión en TI no va alineada con las necesidades reales de la empresa; y en muchos casos no tiene en cuenta para nada las necesidades de los usuarios finales. Este es un tema que ya he tratado varias veces en el blog, pero es que hay días en los que uno necesita desahogarse y ya que con los sordos de TI no puedo, pues os lo cuento a vosotros. 

Hace mucho tiempo, en mi empresa de por las mañanas decidieron emprender una campaña de racionalización del uso del correo electrónico. Al final todo terminó con una reducción del tamaño de los mensajes que se puedían enviar. El tamaño de los mensajes que podemos enviar, es más o menos lo que se llevaba en la época del Infovia. De nada sirvió explicarles, que lo que puede estar bien para una mayoría, no tiene porque ser la solución para todos (el famoso café para todos digital). En mi puesto, muchas veces necesito compartir con otros compañeros ficheros de gran tamaño. La solución que arbitraron, fue crear directorios compartidos. Pero lo hicieron por unidades administrativas. Así que si querías compartir la información con alguien que no estaba en tu grupo administrativo… pues no podías hacerlo de forma fácil. Al final, cuando los sordos de TI no contestan, pues a buscarse la vida: envío a través de cuentas de correo externas, copiar en un pendrive, copiar en un DVD, o enviar el fichero partido en 20 trozos, en 20 correos, o remitir por correo ordinario un listado de 200 hojas… Y así más o menos conseguíamos seguir trabajando. Eso si, una tarea que se podía hacer en 10 segundos, podía tardar 1 hora, y a un coste infinitamente mayor.

Pero hay veces que la cosa se complica, sobre todo cuando en el ecosistema entra alguien que no conoce las reglas y por supuesto no las puede entender. Ahora mismo estamos inmersos en un proceso de fusión y de cambio de plataforma tecnológica. Y somos empleados de dos empresas diferente compartiendo la información. Los compañeros de TI, montaron una pasarela, de forma que los correos de un servidor de correo, llegaban al otro sin problemas. Bueno, sin problemas aparentes, porque claro, ellos probaron con mensajes que cumplían la regla del tamaño.

Hace unos días un jefe de la otra empresa, nos envía un correo muy importante, con alta prioridad, que requería una respuesta casi inmediata. Lo manda y se pone a esperar que le contestemos. Como no lo hacemos, envía el mensaje a mi jefe. Y sigue sin recibir respuesta. Al final va escalando la queja y por fin nos llega una reprimenda de muy arriba, diciéndonos que contestemos de una vez a ese correo. Pero por más que miramos, nadie tiene copia del correo. Después de un par de días buscando el mensaje, lo encontramos. Como superaba el tamaño máximo por mensaje, nuestro servidor de correo, no nos lo enviaba. Pero no avisaba al otro usuario de que no se había entregado el mensaje. Y a nosotros no nos avisaba de nada. Tuvimos que explicar al compañero de la otra empresa como va nuestro servidor de correo. Ahora ya sabe que tiene que enviarnos los ficheros adjuntos zipeados y partidos en varios trozos, porque sino no nos llegan.

Y claro, parecemos el chiste del jefe de Dilbert. Nos envía un correo con adjuntos. Luego nos envía uno sin adjuntos, con la lista de todos los otros correos que deberíamos recibir antes; y por si acaso, nos llama por teléfono. Productividad creo que se llama esto.