En estas dos semanas habremos hecho unos cuatro o cinco presupuestos a mujeres para regalar GPSs a sus parejas masculinas… (por cierto si las que se pierden son ellas, porque ningún marido regala GPS a su mujer???) y por supuesto que ninguno se ha materializado en un pedido.
Pero no contentas con esto ahora usan artillería pesada. El sábado por la mañana viene un buen cliente a la tienda y nos comenta que necesita un GPS. Nos cuenta para que lo quiere, le buscamos un par de modelos, se lo piensa, se lo vuelve a pensar… al final (después de más de media hora de estar con él…) nos pide un modelo de gama alta de TomTom (que hacía todo lo que necesitaba: mapas de Europa, manos libres para el teléfono móvil, aviso de atascos…) pero que tenía que estar en el pueblo hoy por la tarde (porque preparan los paquetes para todo la familia…) resumiendo, que pido transporte especial y esta tarde a las 17 horas tenemos en la tienda el GPS.
Cuando aviso al cliente para que pase a recogerlo, nos dice que tenemos que devolverlo, que su mujer le ha comprado otro en la capital. No sabe ni el modelo, ni las prestaciones… pero el de la mujer no se puede devolver.
Así que ahora nos comemos el GPS nosotros. Y lo que más me fastidia, no es devolver el GPS al almacen y perder los portes… sino el tiempo que hemos perdido con la operación que no nos ha servido de nada.
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Paga y señal…
Furioso, segun que casos no puedes hacer eso, si son clientes conocidos o te han comprado alguna vez…
Pero bueno, de todos modos nada de esto les dá derecho a tratar a los demás como si fuesen sus sirvientes, y menos cuando has metido prisa para que te llegue a tiempo. Es que la gente le echa una cara…
Por lo menos el porte procura cobrárselo en otra reparación y la próxima vez que pida tratamiento “si, señorito” se lo recuerdas, que hay algunos que se creen que los demás están en el planeta para danzar al son que ellos tocan, y encima luego son los más rácanos, jejeje.
Yo le hubiera cobrado los portes de traerlo y algo más…
En mi tienda, parezca bien o mal, el cliente sea conocido o no, para los componentes bajo pedido se pide una señal. Es una faena para el cliente, pero asi nos aseguramos de que lo va a comprar.
Aunque ya sabes lo que pasa, gente con rostro te la vas a encontrar siempre.
El tema del pago y señal, pues casi nunca lo hacemos, normalmente la gente que nos encarga estas cosas, la conocemos. En este caso, el cliente no se busca una excusa para no llevarse el GPS, la historia de la mujer es totalmente cierta. A mi lo que me hace gracia es que la esposa no consienta en devolver ella el regalo (porque tiene que ir a la capital… tocate los… para ir a comprar queda más chic ir a la capital, pero para devolver mejor la tienda de pueblo). Y por cierto el cliente hoy para compensar, pues nos ha pedido un PC bastante, bastante completito. Y por cierto yo creo que él está más jodido, porque lo que le ha comprado la mujer es un GPS básico…
El tema de la señal a mi como cliente no me molesta siempre y cuando se cumplan los plazos de entrega.
Suerte en el nuevo año
De acuerdo con Ismael. A mí cuando me toca ser cliente, tampoco me importa pagar una señal. De hecho, también gusta, porque suena a compromiso por parte de la tienda. Por supuesto, también como dice Ismael: siempre que se cumplan los plazos.
Además, recomiendo a los tenderos pasarse con el plazo dado, antes que quedarse corto: siempre es mucho más agradable hacerse a la idea de que va a tardar una semana, y luego llevarte la alegría de tenerlo al 4º día. Cuando me pasa lo contrario lo paso fatal.
Por cierto Tendero, te ha quedado un tanto machista eso de que “son las mujeres las que se pierden”. Yo soy hombre y me pierdo constantemente. Por ello no me atrevo a salir a ciudades que no conozco sin mi GPS 😉
Lo de la señal es muy delicado. Hay clientes que por el solo hecho de mencionar la señal, se van a comprar al país de los listos, donde no les piden señal alguna, y si quieren, piden y no compran. De todos modos, el que no quiere poner señal, es que piensa que igual “se olvida” y acaba comprando en otro sitio.
Pero luego está el cliente comprometido, el que es él mismo quien se ofrece a dejarte una señal (son los menos, pero haberlos haylos).
Yo de momento, no pido señal a nadie; el mejor modo de dar confianza es teniéndola.
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