Series de TV añejas

Estoy aquí esperando que llegue el buen tiempo para clausurar la actual temporada televisiva. En casa en cuanto desaparece el frío, salimos fuera a la terraza y el televisor se apaga.

Este año nos ha dado por revisar algunas series con años a sus espaldas. Es lo que tiene el poder programar uno lo que desea ver, que se puede permitir el tirar de nostalgia y revivir series que vio cuando iba con pantalones cortos.

Todo empezó este otoño, un día en que vimos a Derek Jacabi el protagonista de Yo Claudio en un película. No sé como al rato estaba bajándome Yo Claudio. Y una semana después allí estábamos mi mujer y yo, recordando la historio del principio del régimen imperial en la Roma del siglo I.

La novela de Robert Graves está perfectamente adaptada al lenguaje televisivo. La mezcla de realidad histórica (hasta donde sabemos) junto con las tramas de Graves y esos personajes inolvidables, sobre todo Livia, cuya figura planea por toda la serie. Además tiene algo de venganza poética eso de que el más tonto de todos sea al final el que les sobreviva a todos y pueda ser el emperador. Aunque su final no sea tampoco bueno. Y lo principal que tiene la serie, son todos esos actores ingleses que son realmente intérpretes, te los crees, parecen todos romanos, si hay momentos en que parece que hablan en latín…

Y los doce episodios de Yo Claudio, pasaron muy veloces y nos quedamos con ganas de más. Este año de las series nuevas que habíamos visto, nos gustó mucho (como ya conté aquí) Rubicón, así que busque en el disco duro y localicé una serie que había bajado hacía ya mucho tiempo: Calderero, Sastre, Soldado y Espía

Repetimos con otra serie clásica de la BBC. Es la adaptación de alguna de las novelas de John le Carre sobre la historia de un topo en los servicios de la inteligencia británica a mediados de los años setenta. Nos dedicamos a buscar actores que apareciesen aquí y también en Yo Claudio, con la sorpresa final, cuando por fin en el último episodio, aparece la mujer de Smiley.

La serie es muy enrevesada, tuvimos que ir parando bastantes veces para rebobinar. Y la suerte que tenía yo, es que las novelas de le Carre ya las tenía leídas de antes, así que parte del contexto ya lo entendía, pero mi mujer iba perdida. De hecho algún episodio lo tuvimos que volver a ver. Es una tipo de televisión que dudo que hoy en día se pueda volver a hacer. Requiere mucha atención por parte del espectador y no hay momento para el descuido.

La adaptación de la novela está muy lograda y reconozco que siempre que leo (o releo) alguna novela donde aparece Smiley, veo la cara de Alec Ginness.

Así que ya llevábamos dos series dramáticas de la BBC de los años setenta vistas y el cuerpo pedía un cambio. De las comedias que habíamos visto últimamente, una de la que mas nos había gustado era The Thick of It. Así que decidí remontar la historia televisiva y localizar a uno de sus antecesores: Si señor ministro.

La serie cuenta la llegada de un nuevo ministro a su cargo en Inglaterra. Allí vemos como sus ideas se enfrentan a la realidad. Y normalmente la realidad le gana al ministro. Humor típicamente inglés y guiones algo menos enrevesados de la de The Thich of It, pero igualmente desternillantes.

Ahora habíamos avanzado en el tiempo para ir a una serie de los ochenta, y decidimos volver hacía atrás y traer una serie de los sesenta. Algunos de los seguidores de Perdidos, creen que antes no había televisión con series de misterio, intriga y guiones que costaba entender y que terminaban sin saber como, pues están equivocados, solo hay que ponerse a ver El Prisionero

Una serie que cuando la vi de pequeño, recuerdo que me daba miedo. Y volviendo a verla ahora, pues no me dejo indiferente, La tramas surrealistas, la puesta en escena tan de los años sesenta y los guiones, que al final de cada episodio, te dejan agotado. Recomendable, para ver que en esto de las series está ya casi todo inventado.

El Prisionero nos dejó exhaustos, así que decidimos volver a los alegres setenta con otra comedia. En este caso, elegimos Enredo (Soap).

Otra serie que me traía dulces recuerdos de juventud. La emitían los domingos, después del programa con el resumen de los partidos de fútbol. Nunca sabíamos la hora exacta de la emisión, puesto que el programa del fútbol tenía una duración indeterminada. Además en un momento dado a la señora esposa de un ministro no le gustó la serie y sin previo aviso estuvo unas semanas sin emitirse.

Pero enredo era y sigue siéndolo una serie genial. Guiones muy bien escritos, actores que hacen que te creas las inverosímiles historias y tramas que hasta ahora suenan frescas. La voz en off que empieza los episodios refrescando que ha pasado en el anterior y que termina haciéndose preguntas sobre el futuro de los personajes era una idea excelente.

Y ahora estamos terminando de ver Enredo. Pero este repaso a series de hace muchos años, nos demuestra como lo viejo no es sinónimo de caduco ni de aburrido, que el talento con los años mejora, como los buenos vinos.