Leído Las Partículas Elementales

Ahora mismo hay dos autores de novela contemporánea que me gustan y que me permiten pensar que todavía hay futuro para literatura. Uno es Richard Ford, y el otro es Michel Houellebecq. Me gustan sus obras, porque al leerla uno no puede menos que plantearse muchas cosas de las que le rodean. Hay momentos en los que parece que estén pensando lo mismo que el lector. Parece en ciertos pasajes que uno está leyendo una autobiografía.

Y es difícil hoy en día leer descripciones tan certeras de nuestros tiempos, de nosotros mismos y de la sociedad que nos ha tocado vivir.

Hace unas semanas la emprendí con Las Partículas Elementales, la tercera novela de Houellebecq que leo. Estaba viendo que leer, y decidí irme por algo de literatura moderna. Tratando de evitar otra vez libros de ciencia ficción, la obsesión de estos últimos meses.

La novela cuenta la historia de dos hermanastros (una parte de esta trama es autobiográfica del propio autor,que tuvo una hermanastra y una infancia parecida a la de unos de los protagonistas) Miches y Bruno. Aparentemente sus vidas no pueden ser más diferentes. Uno es un perfecto científica, frío, calculador, alejado de todo lo humano. Solo presta atención a su ciencia y a sus experimentos. El otro es la otra cara de la moneda, profesor de literatura, obsesionado por el sexo. Pero al final la vida de los dos está igual de vacía.

Mientras nos cuenta la vida de los dos hermanos, el autor se dedica a desmantelar sin piedad algunos de los pilares de nuestra sociedad. Hay momentos en los que parece que se puede recuperar la humanidad de los personajes, pero siempre aparece una desgracia para colocarlos en su verdadero lugar. A través de una técnica de saltos atrás, vamos descubriendo la biografía de los dos protagonistas y como se parecen más de lo que parece. Aparecen otros personajes secundarios, pero no menos importantes: el hijo de Bruno, la novia eterna de Michel, los ligues ocasionales de Bruno, la madre de ambos.

Y vamos acercándonos al final, un final donde se descubre, que la novela no es ni más ni menos que una obra de ciencia ficción hard. La verdad es que el final me encantó.

Novela muy recomendable. No es larga y se lee de un tirón. Eso si, como siempre me pasa con las obras de Houellebecq desasosiega varios días después de su lectura. Estuve bastante más tiempo pensando en la novela que leyéndola.