En nuestra tienda no vendemos teléfonos móviles. Creo que se trata de un producto con evidente sinergía con el resto de cosas que vendemos, pero por política de los fabricantes y distribuidores, no hemos podido ser un punto de venta de telefonía móvil por más que lo hemos intentado varias veces.
Pero no quiero hablar de las exigencias que imponen las compañías de telefonía móvil para vender sus productos, sino de lo mal que lo hacen sus actuales distribuidores. Llevamos unos meses en la tienda queriendo cambiar nuestros terminales, aumentar el número de líneas y buscar un plan de precios que se adapte mejor al uso que damos a los teléfonos. Como lo nuestro es el hardware comenzamos por escoger un terminal, así que queríamos un teléfono con:
Tras unas semanas mirando terminales, nos quedamos con un finalista, el Qtek S100 o S110. Lo encontramos libre y nos lo ofrecían a un precio adecuado, pero como queríamos dar de alta líneas, y cambiar los planes de pago, pensamos en trata de conseguirlo subvencionado. Y aquí comienza nuestra odisea.
Primero llamamos a nuestra actual compañía, la Azul de la M… verde. Amablemente nos dicen que con nuestros puntos podemos cambiar los terminales por un Tamtam, que no llegamos a más y además que ese teléfono no lo venden, nos ofrecen un tal TSM500 que es parecido pero pesa bastante más y es un poco antiguo. Les preguntamos por el TSM520 y ni saben qué es y cuando les indicamos que esta en su página Web no saben darnos ni precio ni disponibilidad. Esta primera gestión fue telefónica, así que nos encaminamos a la tienda del mundo real donde en su día adquirimos los teléfonos; mismo resultado, el TSM500 (más caro que el S100 libre) y el TSM520 ni idea.
Cambiamos a las compañías verdes y azules. En su catálogo de empresa esta el Qtek s100 con otros nombres comerciales y ofertado con planes de pago con conexiones gprs… muy interesantes. Llamadas a los teléfonos especiales de atención para empresas y en ninguno de los dos casos nos pueden decir ni el precio ni la disponibilidad de los teléfonos, nos dicen que debemos dirigirnos a sus tiendas físicas en el mundo real, por lo menos nos proporcionan una lista de sus distribuidores más cercanos a nosotros. Las visitas a estas tiendas ya rozan el esperpento, en la primera no sabían ni que existía ese teléfono pero es que ni querían saberlo, eso sí nos ofrecían un Sony y/o un Nokia que eran mejores que ese que buscábamos y nos lo dejaban barato. Lo mejor era que se trataba de modelos de gama alta de Sony y de Nokia y nos lo dejaban un precio excelente, vamos que la diferencia entre el precio libre de esos terminales y el subvencionado que nos ofrecían era mayor que la misma en el caso del Qtek, pero ése ni lo querían buscar; parecido resultado en otras cuatro tiendas de nuestro pueblo y de sus cercanías.
Nos reunimos en la tienda y pensamos que son tiendas de pueblo y que a lo mejor se les quedan grandes las novedades, así que nos encaminamos a la capital, primera parada una cadena famosa por sus precios y su gran variedad de productos, nada tampoco lo tenían, pero por lo menos nos aclaran algo, no lo dicen claramente pero se les entiende no lo tienen porque son teléfonos con muchas posibilidades y por lo mismo propensos a que los clientes no los configuren bien y le hagan perder mucho tiempo con las consultas. Otras dos tiendas muy céntricas, grandes, con muchos empleados y en ambos casos lo mismo: esos teléfonos solo los puede prespuestar el jefe, danos una tarjeta y te llama… y desde entonces ningún jefe nos ha llamado.
Así que aquí estamos todavía sin teléfonos y lo que te andaré, no hay por ahí nadie que quiera vendernos unos buenos teléfonos, pero los teléfonos que nosotros queremos no otros.
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[…] e la carrera? Ya tenemos nuevos m?viles Hace m?s de dos meses escrib? un comentario contando lo que nos estaba costando c […]
[…] La realidad es que no hay mercado. Aquí tenemos un ejemplo de acuerdos entre fabricantes de hardware y vendedores de servicios que lo que buscan es restringir la libertad de elección, machacar a la competencia y en definitiva cerrar el mercado. Nosotros hace un año pasamos por algo muy parecido. […]