Por favor, no olvidar el dedo

Cada vez es más complicado poder ofrecer un buen servicio en el taller a nuestros clientes. Antes cuando te traían una torre para reparar, pues bastaba con que que el cliente nos dejase la CPU y ya está. Si además tenía los CDs con los drivers, pues entonces hacíamos fiesta. Cuando empezaron a usar un mismo PC varios miembros de la familia la cosa se complicó. Crearon varios usuarios y a cada uno de asignaron una contraseña. Todo correcto, pero en caso de avería si no nos dejaban todas las parejas de usuario y contraseña, pues en caso de tener que reparar el equipo en el taller nos volvíamos locos.
Luego llegaron los portátiles. Aquí al final tuvimos que poner un cartel. En caso de traer un portátil a reparar, por favor no olvidar el cargador de corriente. Porque sin el cargador, es complicado poder repararlo.
El otro día vino un cliente, con un problema con el touchpad del portátil. NO traía cargador. Pero como era un portátil con menos de un mes de vida de una gama que la batería dura ocho horas, pensé que tendría suficiente carga para poder entrar a la configuración del Windows y volver a activar el touchpad. Error mío, no aprenderé. La batería estaba totalmente agotada. Le tuvimos que decir que nos trajese el cargador. Cuando llegó el cliente con éste yo estaba liado haciendo un presupueto y lo dejé para que el compañero del taller lo cogiese en cuanto terminase lo que tenía entre manos. Al rato me oigo a mi socio desde dentro del taller: “¿Dondé esta el dedo? que esto no arranca”.
Resulta que el hijo del clinte había activado el control de arranque por seguridad biométrica con un sensor de huella dactilar. Además había elminado todos los demás usuarios y tenía la bios protegida por contraseña. Llamamos al cliente y su hijo estaba de viaje. Al final pudimos entrar en el portátil y resolver el problema.
Pero ahora estamos cambiando el cartel y poniendo: “Para reparar un portátil necesitamos el cargador, un dedo del usuario y si tienes un Toshiba una foto reciente”