Pero con lo malo que es como pirata, si es igual como profesor.
Hace unas semanas vendimos un par de portátiles muy bonitos y preciosos: un MSI y un LG. Ambos modelos de gama alta con pantallas excelentes, micros potentes, gráfica separada y poco peso.
Nos pidieron los portátiles dos clientes para sus hijos, para estudiar una carrera de diseño y 3D donde necesitaban equipos con cierta potencia de cálculo y gráfica. Como siempre que vendemos PCs para universitarios, les indicamos que si tienen problemas instalándose el software que viene para la carrera que nos avisen. El otro día vienen los dos retoños de nuestros clientes. Pero lo que nos piden no es exactamente lo que solemos hacer. Lo que normalmente hacemos es entrar al Campus Virtual de su universidad y ver como instalar los programas que la universidad les proporciona para su carrera. Sin embargo nos piden otra cosa.
Resulta que en la carrera usan varios programas para diseñar todos de software privativo. Pero cuando entran al Campus Virtual no pueden instalárselos. Por algún problema presupuestario todavía no han pagado la licencias desde la autonomía y no están disponibles. El profesor de la asignatura que emplea esos programas les pasa un pendrive con una versión “pirata”, vamos no legal del una famosa suite de diseño de pago. Se lo instalan y al cabo de unos días les llega un amable mensaje de la empresa indicándoles que tienen unos programas de su empresa, pero no tienen una licencia legal. Parece que como pirata el profesor no es muy avezado. Pero no les pasa solo a estos dos alumnos, sino a más de la mitad de la clase. Se lo comentan al profesor y les dice que es su problema, no el suyo. Que él va a seguir dando clases con esa suite de diseño y va a pedir las prácticas con ese programa… y aquí nadie dice nada, nadie protesta y no pasa nada. Oiga, sino tienen dinero para software privativo usen software libre. Mejor aún, dé clases genéricas, no pegue sus explicaciones a una aplicación concreta, sino generalice. De esta forma el alumno aprende de verdad diseño, no aprende a usar unos menús concretos. Que el día que terminen la carrera y vayan a una empresa si tienen otro programa que no es ese podrán seguir funcionando.
Pero parece que estas ideas son demasiado revolucionarias. El profesor se lava las manos y traslada el problema a los alumnos, así es el presente, usted pague lo que ya le entra en la matrícula o bien busque una versión sin licencia. Digo yo que deberían añadir en los planes de estudio de muchas de estas carreras una asignatura que podrían llamar: “Navegar en el mundo torrent, gestionar licencias de otros y odiar al software libre” sería el complemento perfecto. Este tema ya nos ha pasado muchas veces otros años… y no cambia nada, la universidad sigue haciendo esto igual de mal.
En una palabra: España.
Vagancia extrema que sería merecedora de una denuncia anónima. Ante la Universidad, y dado que ésta casi seguro no prospera, a la policía.
¿Anónima? ¿Por qué? A mí me pasa eso, y respondo al correo de Microsoft/Adobe/Autodesk explicándoles la situación, y cómo la versión de este programa me la facilitó la universidad tal y cual, concretamente el profesor tal del departamento dirigido por el vicerrector tal y pascual. Todo ello con copia a los responsables de la universidad, para que estén al corriente.
Seguro que a la compañía le interesa mucho esta información, y poniendo las cartas sobre la mesa se aclarará el asunto en un pis-pas. ¿Que les pongo en un apuro? Pues bueno, será uno que se han creado ellos. Si quieren que resuelva yo las vicisitudes de cómo funciona una universidad, que me den el sueldo del profesor/vicerrector. Mientras no sea así, que los marrones se los coman ellos.
Tienes razón con tu solución… pero hoy la gente parece que tenga la sangre de horchata. Tal vez en la mayor diferencia con mi primera etapa en la universidad ha sido este pasotismo de los estudiantes… hace 40 años la actitud era muy diferente.
Es de vergüenza