El otro día mi socio me comentaba que a veces piensa en no hacer la pegunta clave que plantea a los clientes que vienen a comprar algo a la tienda.
Me decía que ya no era la pregunta con la que muchos clientes que quieren una impresora se quedan parados: “¿Cuántas páginas o copias vas a imprimir al día o al mes?” Parece que nadie tiene la respuesta. Se refería a la pregunta más general que hacemos, con la que iniciamos los presupuestos:
¿Para qué vas a usar el ordenador?
Me contaba que entra a la tienda una pareja de treintañeros. Empiezan a hablar:
- Queremos un portátil, que sea chulo de color claro o aluminio, que no sea muy grande con teclas grandes…
- Y ¿para qué vais a usar el portátil?
En ese momento ella mira lo mira a él y a la vez él se gira para mirarla a ella. Se quedan quietos con un silencio incómodo. Pasan los segundos y al final balbucea uno de ellos
- Pues para cosas de ordenadores, escribir
- Ver fotos más grandes y vídeos y modificarlos
- ¿Tenéis cámaras de foto o de vídeo buenas? (otra vez silencio)
- No, solo el móvil.
Al final se fueron sin llevarse ni siquiera un presupuesto. Ahora mismo el portátil del que nos fiamos de 14″ se acerca a los 700 Euros. Y les parecía muy caro. No sé si habían visto algo con Celerones o Pentiums y poca RAM que si que están por la mitad… pero hace ya años que decidimos no vender ese tipo de equipos. Cuando les pides algo un poco serie van de pena.
Pero mi socio decía que más que el precio, fue el plantearse para qué iban a usar el PC lo que los tiró atrás. Así que no sé como podremos aconsejar a los clientes si no les gustan que les preguntes lo obvio.
El otro día sin embargo gracias a las tandas de pregunta si que pudimos aconsejar a una cliente bien. Nos trajo un PC que le vendimos a su hermana hace más de una década (la hermana hace unos meses se llevo un PC nuevo). Nos plantea si podía mejorarlo un poco para tareas básica, ella ya nos contestó: navegar por Internet, ver vídeos, hacer tests de unas oposiciones que está preparando y su novio quería editar videos.
El PC tenía un Core i5 de cuarta generación y en su momento le ampliamos la RAM a 12 gigas. Pero tenía un disco mecánico. Le dijimos que si poníamos un disco SSD notaría mucho el cambio y para lo que nos comentaba podría funcionar. Menos mal que le preguntamos qué cámara de vídeo tenía su novio: dos Go Pro y una de ellas el modelo que filma en 360. Resulta que es aficionado a deportes como el paracaidismo, barranquismo… y le gustaba hacer vídeos de sus salidas. Entonces le dijimos que para editar esos vídeos el PC iría algo lento. Al final decidió poner el disco SSD y ya más adelante si su novio tenía muchos vídeos cambiar el PC por algo más moderno.