Esta semana me he ido al cajón de los clásicos de la literatura española. Recordando que se cumplen los 150 años de la proclamación del Cantón de Cartagena cogí el libro sobre el tema de Ramón J. Sender: Mister Witt en el Cantón.
Nada mejor para refrescar esa historia que una novela de un autor que tuvo una época anarquista. La novela tiene como protagonista a un inglés como se puede deducir del título. Mister Witt es un ingeniero inglés casado con una cartagenera que trabaja en los astilleros. Este personaje le permite a Sender tejer una historia sentimental y de celos a la vez que describe la revuelta del Cantón. Pero también le permite jugar a los espejos. Es divertido ver la actitud española de los revolucionarios cuando se refleja en la idea cuadriculada de la vida de un inglés victoriano como Mister Witt.
La obra se inicia casi a la vez que la Revolución del Cantón. Y va describiéndonos a la Cartagena de la época mostrando a los marinos, obreros, campesinos, soldados, pescadores, burgueses… También incursiona en los convulsos años de la década de los setenta del siglo XIX donde tenemos fin de la dinastía borbón, dinastía de Saboya y República Federal. De alguna manera esto nos pone en situación para entender mejor el caldo de cultivo de las revoluciones cantonales.
Una vez la Revolución se inicia Sender a través de Witt va mostrándonos primero su éxito y luego su condena anticipada. Aquí también juega el propio pensamiento político de Sender que pasó de admirar el anarquismo a girar hacia el comunismo ya que el anarquismo no era capaz de organizarse para luchar frente al capitalismo… y el comunismo parecía que había resuelto esos problemas. Esto se ve muy bien cuando relata en la novela las salidas de los anarquistas cartageneros para tratar de extender su organización con otros cantones en provincias y localidades cercanas.
Después va contándonos como la situación en Cartagena empeora de día en día conforme el ejército de la República Central va cerrando el cerco sobre ellos. Pero se observa el empecinamiento tan español en resistir hasta el último hombre. La novela no llega al final del todo del Cantón. La historia de Mister Witt se engarza (de forma libre) con alguno de los hechos finales del Cantón y Witt y su esposa huyen a Madrid. Y Milagritos la mujer de Mister Witt ya dice que al Cantón le quedan días. Y tal vez por no narrar los trágicos hechos finales de la lucha Sender cierra con esa frase la novela.
El libro se lee de un tirón. No es muy largo y la trama es entretenida. Se nota también que Sender en esos días ejercía de periodista. Hay pasajes que podrían ser parte de algún artículo que un periodista enviase a su periódico contando los hechos.
En resumen, un libro recomendable si como a mí te gusta conocer la historia cercana española.