Cada vez es más complicado comprar un monitor u ofrecer consejo a los clientes. A las clásicas cuestiones sobre frecuencias de refresco, colores, tipos de panel, resolución, curvo o plano, tamaño… ahora añadimos una novedad: ¿Quieres el monitor con miniordenador o con un módulo de Smart TV?
Desde hace unas semanas proliferan en las listas de productos los monitores que ofrecen opción de Smart TV. Se trata de monitores que incluyen un pequeño procesador, ram y entrada de red local. Además incluyen un sistema operativo adaptado (en algunos casos propietario, en otros Androids adaptadados). La idea es poder emplear el monitor sin necesidad de conectarlo a ninguna fuente de vídeo como un PC.
Nos ofrecen prestaciones que pueden ser interesantes:
- Capacidad para conectarse a servicios de Streaming: Netflix, Amazon Prime, HBO, AppleTV…
- Se puede conectar a dispositivos móviles como tabletas o móviles. Aquí los monitores de Samsung se llevan especialmente bien con los dispositivos de su marca
- Conexión a sistemas de almacenamiento como NAS internos.
- Posibilidad de conectarse a sistemas operativos virtualizados en otros equipos o a acceder a aplicaciones en la nube.
Al final lo que nos ofrecen los fabricantes en los modelos de gama media y baja es la posibilidad sobre todo de disfrutar de servicios de streaming sin conectar el monitor a ningún otro dispositivo y también la opción de disfrutar de contenido multimedia que tenemos en el móvil. En la gama alta tenemos un monitor que puede sustituir al clásico PC pequeño que solo se emplea para conectarse a un sistema virtualizado que corre en otro equipo más potente.
La verdad es que le veo futuro a este tipo de sistemas. Pero sobre todo a las aplicaciones más profesionales. Ya tenemos cada vez más clientes que ejecutan sus aplicaciones en la nube o en sus servidores. Y muchos de estos clientes no requieren un PC en local muy potentes. Aquí este tipo de monitores pueden ser una buena opción.