Aquí estoy todavía ojiplático mirando un artículo en tomshardware donde comentaban un cable Ethernet de 1 metro y medio que cuesta casi 2.000 dólares.
Pero el tema se ha agravado cuando he visto otros productos parecidos como un cable Sata especial que se vende por 500 dólares o un disco SSD especial o un Switch con acondicionamiento de energía por 2.500 dólares.
La especialidad que venden todos estos productos es la del mercado del HiFi de alta gama digital. Y aquí uno puede ver como el marketing sigue siendo la madre del cordero a la hora de conseguir un gran margen de beneficio.
Esta semana en la tienda han preparado un presupuesto para modernizar la conectividad de una Oficina. Es un cliente digitalizó su Oficina muy pronto. Así que tiene una velocidad de red baja (propia de aquellas décadas). Ahora ha llegado a su zona la fibra y además ya tiene aplicaciones que van lentas por culpa de los cables. Le hemos puesto cables Cat 6a, un conmutador de gama alta… y el precio del material solo es una pequeña parte de lo que cuesta el cable Ethernet especial para sonido. Y eso que va a conectar 10 PCs.
El tema de la exclusividad de prestaciones y de ventas de humo por parte de los departamentos de marketing no afecta solo a los amantes del HiFi extremo. También golpea al mundo de los PCs. Pero aquí cuesta más verlo. Pero tengo en la lista de entradas pendientes un par de artículos parecidos sobre las modas actuales en el hardware de PCs extremos.
Estos productos explotan mucho las ganas que tienen muchos clientes de sentirse ellos mismos “especiales” porque disponen de suficientes billetes para comprar estos cables por donde las notas de sonido viajen mejor. Y esto es algo que envidio. Nosotros en la tienda somos incapaces de hacerlo… pero me maravillo cuando veo gente que es artista en hacerlo.
Así que aquí seguiré con mis cables Ethernet normales y un simple Switch escuchando mi música.
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Lo triste del asunto es que los cables de altísima calidad tenían cierto sentido cuando las cosas eran analógicas. En un cable de sonido, o un euroconector de los antiguos, que los contactos fueran de oro o el apantallamiento de titanio reforzado podía tener su aquel. Pero cuando las cosas pasan a digital (léase cables de red o HDMI), que los ceros y unos lleguen más o menos nítidos da exactamente lo mismo, mientras lleguen. Vamos, que o tienes calidad 100% perfecta, o no se ve/oye nada. No hay margen para estos cables sibaritas, al final lo que compras con estas cosas es puro postureo.
En cables digitales si que se nota la calidad… pero en un nivel de precios inferior.