Lo difícil que es aconsejar en la compra

Muchos NO clientes no entienden que lo bueno de comprar en una tienda física es tener al lado a una persona experta y conocedora del hardware que te podrá aconsejar sobre la idoneidad de los componentes para las necesidades digitales que tienen. Y he puesto bien lo de NO clientes porque son los que nunca preguntarán a un tendero. Pero si es complicado que el NO cliente lo entienda lo complicado es como los clientes también son reacios a que les aconsejes.

Alguien estará pensando que nos quejamos de clientes que nos piden PCs subpotenciados, pero el problema lo tenemos en ambos lados, también con los sobrepotenciados. Como siempre un ejemplo de cada caso para verlo de primera mano:

• Equipo más potente: nos pide un cliente un presupuesto para un portátil. Es para uso empresarial y requiere potencia de cálculo y potencia gráfica. Por otro lado el cliente lo moverá y además necesita una autonomía grande. Así que le pasamos un portátil con un Core i7 de la gama P, con una nVidia de gama media, autonomía de 9 horas y un peso un poco superior a un kilógramo. No es barato, pero este cliente siempre busca que le encaje y por fortuna tiene un negocio boyante donde lo puede amortizar enseguida.

  Nos contesta diciendo que quiere algo más potente, que lo ve poca cosa que si le ponemos un i9 y una gráfica de gama alta. Le decimos que eso significará un equipo más pesado, con menos autonomía y que para el software que emplea no requiere tanta potencia. Mi socio estaba devanándose los sesos tratando de entender porque nos pedía un portátil que duplicaba el precio del que le habíamos aconsejado (y eso que el primero no era barato). Cuando me lo comentó solo se me ocurrió recurrir al estatus (de este tema hablaba hace 11 años, como pasa el tiempo). El cliente querrá sacar el asunto de la ampliación de su empresa indicando que ha tenido que comprar un nuevo portátil tope, tope de gama.

  Mi socio trató de explicarle que con el primer presupuesto tenía suficiente potencia. Pero al final le trajo el portátil tocho con el i9 y la nVidia más grande móvil. En estos casos por lo menos sabemos que no vendrán a decirnos luego que los programas van lentos.

• Equipo menos potente: aquí hemos tenido dos casos muy parecidos. Clientes que usan programas de esos que nunca tienen suficiente. Este verano le montamos a un cliente que hace uso de ese tipo de programas un PC y nos fuimos a más de 3.000 Euros. Y el cliente nos decía que menos mal que él solo lo usaba un par de veces por semana y este PC lo había dejado para esas tareas y que le pagaban bien. Pero que tenía otro compañero que si usaba esos programas todo el tiempo y el equipo donde corrían cuadriplicaba el precio del suyo.

  Volviendo al tema, dos clientes que nos piden un ordenador para ese tipo de programas (por cierto, profesión muy bien pagada). Así que nos vamos a una configuración parecida a la que montamos en verano. A los dos les parece muy cara. Al final tras varias versiones del presupuesto nos vamos a algo mucho más barato. Pero tan barato que como mi socio les decía: “Yo os monto los PCs, pero luego cuando lancéis una tarea y tengáis el PC parado toda la tarde no me llaméis”. Estos casos eran más de pensar que gastarme 1.000 Euros en un PC es suficiente que total si tengo que esperar, pues espero más que problemas de presupuestos. Ambos clientes estaban en negocios sin problemas y que venden cosas que no son especialmente baratas

  En los casos de subpotencia siempre advertimos muy bien que las prestaciones serán las que serán y que para ciertas tareas se notará la lentitud. Aquí lo que en ocasiones nos ha pasado es cuando llega un tercero y entonces el cliente dice que esto es lo que le aconsejamos nosotros y ya hemos perdido dos clientes.

• Equipo más potente: nos llama un cliente y nos pide un presupuesto para un PC para tareas ofimáticas. Quien nos llama es familiar del gerente que es el que suele hacer las compras de informática. Nos pide un Core i7 de última generación, 32 gigas de DDR5 y un SSD M.2 Gen4 de 1 tera como mínimo. Le decimos que para las tareas de oficina de la empresa (que la conocemos) tendría suficiente con un i3 y 8 o 16 gigas de RAM. Y me gusto la respuesta y por eso lo comento aquí: “Pero con lo que les cuesta cambiar de hardware… mejor algo que pueda durar bien una década. Además, estaremos hablando de una diferencia de precio que apenas la van a notar hoy… pero si dentro de tres años va algo lento no nos dejarán en paz”. Así que le montamos el i7 y no discutimos más.

Al final la ventaja de tener al lado a un experto es algo que no se valora ya apenas. La gente prefiere pasarse horas y hora mirando foros, viendo vídeos, escuchando a amigos antes que pedir consejo a un profesional. Y esto no va solo de ordenadores… sino de muchas más cosas. Tengo en la libreta otra entrada de al otro lado de otro mostrador con algo que incide en esto mismo… pero para otro día.