Es divertido cuando un cliente realiza una obra en su empresa y nos llaman para volver a reinstalar los componentes informáticos. El mes pasado tuvimos una de estas. Y para que no se note mucho de quien hablo, he dividido la experiencia en varias partes. Además, así tengo más entradas en el blog y éstas son menos tipo ladrillo y más fáciles de leer. Hoy empezamos con el estándar que se inventó el carpintero.
Nuestro cliente es un profesional liberal. Necesitas si o si en su trabajo diario equipos digitales. Pero hoy voy a hablar de lo primero que ve un cliente cuando acude a la empresa: el mostrador de recepción. Cuando fuimos a volver a poner los dos PCs de recepción… no cabían los monitores en el hueco que había entre la mesa del empleado y la parte superior del mostrador, donde se apoya el cliente. Así que luego no cabía el teclado y el ratón delante del mostrador. Pero éste era algo y tampoco podíamos poner el monitor encima, donde además se quedaban muy feos…
El cliente llama al carpintero para buscar una solución. Y casualidad que estaba yo peleándome con otra cosa (ya os digo que dará para más entradas) con el gerente de la empresa que hizo la reforma. Y pude oír como el carpintero decía: “Es culpa de los informáticos, nosotros hemos hecho el mostrador a la altura estándar“. Me tuve que aguantar para preguntarle qué ISO era el estándar del que hablaba. Pero además como pensé: “Lo fácil es medir el mostrador antiguo y hacerlo por lo menos igual“.
Alguno os estaréis preguntando el tamaño del monitor: un 21” normal, además con peana bajita… Al final, la madera lo aguanta todo. Con algo de sierra la cosa se pudo solventar, pero ya no parecía tan nuevo el mostrador como al principio.
Yo a veces creo que soy el único que pregunta por medidas, tamaños… antes de empezar a hacer un presupuesto.
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En mi caso estoy en una parecida, ahora mismo una de mis clientas está reformando un despacho, y el electricista le ha dicho que hable con su informático para saber cuántos enchufes necesita para un ordenador, así que…
Miedo me da cuando vaya mañana a reconectar todo.
La de los enchufes me la dejo para otro día… que en nuestros últimos casos ha sido de traca…
Y luego están los expertos ‘informáticos’ que racanean con los puntos de red. Sistemáticamente uno por despacho aunque sea uno para 8 personas. Y si hay suerte, dos por aquello de la impresora. El apaño? Hubs por todos lados :/
Mejor un switch.
Si racanean con los puntos de red por temas de presupuesto, para un switch por despacho no hay pasta ni de coña.
Cuando ejercía de electricista he de decir que en las planificaciones nuestra filosofía con los enchufes era siempre “todos los posibles” e intentábamos que hubiera al menos uno por pared y cada 3-4 metros… pero claro, eso era en el plano. Luego venía la hora de hacer cálculo de costes y llegaban los recortes. Como muchas veces no sabía cuál era la distribución de muebles de la habitación, pues hacíamos una que nos pareciese más o menos lógica y colocaba los enchufes tratando de que fuesen cómodos. Luego el cliente ponía una distribución diametralmente opuesta y a veces acertábamos y otras no… Eso sin contar habitaciones con formas raras, paredes de cristal, columnas etc.
Yo cuando me hice mi casa lo hice parecido. Puse en todas las habitaciones enchufes de más. Recuerdo que el electricista me aviso de que saldría más caro… pero luego la comodidad lo compensó.
Esto es similar a las TV, si tienes un mueble librero por mas que busques el tamaño maximo es 32″.
Me preguntan, que marca debo comprar… les digo, la tipica, tamaño…32″
El de YO Soy Tonto les vende una de 41″…y pasa lo de siempre. no cabe.
Eso es si el mueble es muy antiguo. El problema mayor que veo ahora mismo es que entre 32 y 40 no hay absolutamente *nada*. Luego ya a partir de 40, casi todas las medidas que se te ocurran :/
Ya lo de vivir en una casa de los 80, bueno… lo de los enchufes se puede pasar con alagardera de base múltiple, pero se notan otras carencias, como lo de tener una sola conexión de antena de tv.
Y no tener toma de tierra en la casa. En la mía antigua nos pasó… hasta que obligaron a cambiar el armario de contadores del viejo (de tablero de madera con alambres forrados de tela) a uno más en condiciones.