Hace unos día termina de leer La Catedral de Turing de George Dyson. Un libro que me ha costado terminar. Se trata de una obre muy interesante, cargada de datos y que ha hecho ir despacio en su lectura tratando de entender y de pensar sobre le leído.
Voy a ver si puedo escribir una entrada sobre el libro que no sea muy larga. Vamos a empezar por el principio: el título. A pesar de lo que parezca, Turing no es el protagonista. Este papes es dual, los protagonistas serían John Von Neumann y Maniac.
Von Neumann era un matemático húngaro que en los años 30 emigró a Estados Unidos. Allí colaboró en varios proyectos de armas (entre ellos en la creación de la bomba atómica) durante la Segunda Guerra Munida. Al final de ésta se embarcó en el proyecto de hacer real una máquina de Turing en forma de computador electrónico programable (de ahí el título de la obra). Maniac sería ese primer ordenador.
El libro cuesta de leer. Tal vez por la estructura que le ha dado el autor. No es una obra que siga un orden cronológico como tal vez sería más sencillo. El libro va contando la vida de los principales intervinientes en el diseño, construcción y evolución de Maniac. Y esto va inserto en una historia sobre la ciencia desde los años 30 a los 50. Sale muchísima gente en la obra. Hay momentos en los que cuesta seguir la pista a tanto personaje y a las relaciones entre ellos.
Pero el esfuerzo vale la pena. Es muy divertido ver como decisiones que casi fueron arbitrarias en su momento las seguimos empleando hoy en día en nuestros sistemas informáticos.
Uno de los puntos más interesantes es que el diseño del sistema en su momento no se patentó. Eso es casi un primer ejemplo de sistema libre.
El libro nos muestra que el diseño de Maniac se empezó con un objetivo nada pacífico: se quería usar para mejorar el diseño de bombas atómicas y para tratar de construir la bomba de hidrógeno. Así los primeros programas que se corrieron en este ordenador fueron cálculos de ondas de choque y de reacciones en cadena atómicas. Es curioso ver como estos cálculos podían durar meses. Algo normal teniendo en cuenta la potencia de Maniac y la forma de comunicarse con él. Este uso en pruebas atómicas era también una manera de probarlo. Me explico. Se hacían los cálculos con el Maniac y luego se probaba el resultado en el laboratorio o en pruebas de explosiones atómicas.
Pero el libro va contando otros usos de este ordenador. Así hay un capítulo dedicado a la tarea de predicción meteorológica. Es muy divertido ver como en esa época se pensaba que nada escapaba al poder del hombre. La idea que tenían no era solo saber que tiempo haría al día siguiente, no lo que se buscaba al final era controlar la atmósfera.
También vemos experimentos biológicos y la aparición de los primeros “virus” en forma de juegos de formas de vida que compiten con otras.
De todos los protagonista del libro me quedo con Julian Bigelow. Tal vez porque es con el que me siento más identificado. El fue al final el encargado de llevar a la práctica las ideas de Von Neumann y el resto de científicos. Fue el manitas que montó y que reparaba a Maniac.
Resuimiendo, La Catedral de Turing es un libro denso. Pero que si eres un amante de la informática y los ordenadores debes leer si o si. Hay que conocer de donde venimos para entender a donde podemos llegar. Y hablando de llegar, hay un punto de tragedia en el libro cuando vemos como Von Neumann y Turing mueren con pocos años de diferencia y con unas edades que les habrían permitido seguir avanzando en este campo. Tal vez con algo más de suerte con ambos ahora estarímos 20 o 30 años por delante en la informática.
4 Comentarios
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El correcgtor tje ja trahizionado
Es que SIEMPRE hay que leer lo que uno escribe y corregirlo. Se tardan 2 minutos en leer una entrada de blog y dejarla perfecta. Así que por muy ocupado que se esté…
Hace un par de meses que me lo leí y ciertamente es algo que no sólo es interesante para todos aquellos que nos suena el nombre “Von Neumann”.
Te hace entender cómo John, en su afán de conseguir construir la máquina que tenía en mente involucró distintos proyectos como la bomba H y la predicción del clima sólo con el propósito de conseguir fondos.
Me resulta sorprendente cómo John ya sabía de antemano la versatilidad de la máquina y entendió que para su financiación y respaldo social necesitaba hacer comprender a la gente que con esta máquina se podrían hacer cosas que de otra manera hubieran sido imposibles de hacer.
Como dices, es un libro que no es fácil de leer por lo denso, pero al mismo tiempo es muy entretenido e ilustrativo.
Una cosas que me llamó mucho la atención y que tal vez iluminó a Von Neumann, es el soporte matemático que había detrás del ordenador. Yo lo he usado para que mis vástagos entiendan que la ciencia pura matemática tiene más aplicaciones de las que se ven a simple vista