Hoy a estar horas muchos estaréis configurando, probando, experimentando con vuestro nuevos gadgets electrónico que os han regalado en Navidad. Así que es un buen momento para reflexionar sobre el concepto de la obsolescencia programada. Es un asunto del que ya he hablado otras veces en el blog, como en esta entrada: Obsolescencia, fabricantes y clientes y en esta otra: ¿Obsolescencia programada, o nos gusta mucho estrenar cosas?. Lo malo de estar tantos años escribiendo de esto es que cuesta ser original con uno mismo.
En el título de la entrada ya está mi opinión sobre este asunto: a la mayoría de los clientes de gadgets electrónicos les encanta cambiar pronto sus aparatos; así que con ellos las marcas que les ayudan en su deseo son su preferidos. Además, esa querencia de esta mayoría de clientes provoca un efecto perverso en la industria: triunfan y sobreviven las empresas que mejor generan la obsolescencia emocional. O bien la obsolescencia excusacional como la llamamos en la tienda: dícese de aquellas características con las que los clientes se autoconvencen o explican a la familia de la necesidad ineludible de cambiar de gadget.
Así que antes un fabricante triunfaba porque sus productos duraban mucho tiempo en perfecto estado de uso. Eso generaba una base de clientes fieles y también les permitía mejorar sus productos para que cada vez fuesen mejores. Sin embargo, en estos momentos estas empresas están todas quebradas o han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos: productos nuevos cada pocos meses. Y la variable precio cada uno la maneja como puede: algunos (los menos) siguen con precios disparatados (pero claro el markenting excusacional es caro) y otros con precios bajos (la excusa definitiva: total por lo que vale, lo cambio y si me sale malo, pronto tendré otro mejor que comprar)
Después hay que tener en cuenta que muchos de los aparatos digitales no son adquiridos por su uso o función… sino por la moda y por “prestigio” que ofrecen o por la pertenencia a la tribu que generan (o que sus clientes se piensan que provocan). Así que para qué leerse complicados manuales, no hay tiempo si lo vamos a cambiar antes.
Pero esto no es algo nuevo ni propio solo de nuestra industria. Cuando era más joven (como diría Sabina) me gustaban mucho las motos. Me puse a ahorrar para comprarme una. Y claro para poder gastar menos, nada mejor que tener un objetivo claro de moto. Y tras mucho preguntar y leer en revistas del motor llegue a una conclusión: si quería una moto para toda la vida había algunas marcas concreta (casi todas germanas) y si quería una moto más molona, pero menos fiable, pues mejor irnos al país del sol naciente. Pero lo bueno es que en aquellos años el marketing de los fabricantes apoyaba ese razonamiento.
Y si dejamos las motos, podemos ir a los coches. ¿Alguien recuerda algún anuncio reciento de un automóvil donde se ensalce la durabilidad del vehículo como motivo de compra?
Así que la última de Apple me parece muy congruente con su clientela: mejor cambiar de móvil que cambiar de batería (sobre todo porque, y no solo lo hace Apple, es casi imposible cambiarle la batería a un aparato moderno). Y hablando de la empresa de Cuppertino, hace un rato al salir de la comida navideña con la familia he visto al hijo de un cliente con su nuevo Apple 8 recién traído por Papa Noel. No me ha hecho falta mirar mucho, será el modelo de 256 gigas. Y esto me ha hecho recordar que quería hablar de este tema.
El padre del niño vino hace un par de meses a la tienda. Nos pregunta si podemos echarle un vistazo al iPhone 7 de su hijo. Nos dice que si hijo le dice que necesita uno nuevo porque en el que tiene ya no puede instalar nuevos programas ni actualizar a la última versión del Ios. Como es un buen cliente, a pesar de que no somos especialistas en Apple le decimos que nos acerque el móvil. Todos a estas alturas habréis adivinado el motivo del problema del aparato: las 128 gigas de memoria estaban llenos. Le configuramos un sistema de copia de ficheros a la nube y le explicamos como ir descargando vídeos y fotos… pero tanto el padre como nosotros sabíamos que todo había sido una mera obsolescencia excusacional. Sobre todo, teniendo en cuenta que el niño contaba con 11 años y que se trataba de un hijo de divorciados. Imagino que la criatura con el nuevo iPhone 8 estará ya quemando la batería para saltar pronto al X.
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Así se educan a los niños hoy en día…
Me acaba de pasar con el veterano ZTE v967 que usa mi madre. El móvil y la batería siguen como el primer día, pero los vídeos ya no se ven en WhatsApp, y no es problema de que la cpu no pueda moverlos: en el VLC o similares se ven perfectos. Pero ahora con el visor integrado de las nuevas versiones ya no hay opción para reproducirlos de otra manera 🙁
Me acabo de dar cuenta de que me he equivocado de artículo, realmente esto sería un contraejemplo, pues mi madre no quiere cambiar de móvil al estar acostumbrada a éste.
Además hay otra cosa a tener en cuenta, la gente se queja mucho de que los aparatos u otras cosas se estropean o dejan de funcionar o empiezan a dar problemas pronto, pero a la vez no quieren pagar más por algo que duraría más. Es decir, quieren la cuadratura del círculo, pagar poco pero menos calidad. Si queremos algo duradero y sólido es normal que haya que pagar más que por algo mas frágil, la calidad tiene un coste. El problema es que todo el mundo quiere lo mejor pero barato, lo cual no es posible.
¿Te refieres a móviles de 500 euros o más que a sus dueños les duran apenas un año? ¿O quizás a un móvil chino de 150 que me acompaña desde hace 3 años?
¿Cuadratura o excusas?
Mi Nexus 4 me duró casi 4 años, porque en su momento, cuando lo compré, tenía una barbaridad de memoria (2 GB vs los 512 MB habituales en aquella época) que le permitía mantener el tipo. En cambio, estoy harto de ver móviles económicos que vienen con 8 GB de almacenamiento, y en cuanto pasan seis meses y las actualizaciones “obligatorias” de Google Play Services, GMail y compañía son cada vez más gordas, se acaba el espacio pese a no tener instalado absolutamente nada.
No te digo que no haya móviles económicos que puedan durar, pero generalmente si quieres que algo dure tiene que estar dimensionado generosamente.
No te olvides de la “obsolescencia que se ve venir”, cuando vas a comprar algo al chino para ahorrarte dos duros y que sabes, pero no quieres afrontar, que es jugar a la ruleta y probablemente se romperá enseguida…
Puedes leer el comentario anterior 🙂
Lo de cambiar de móvil cada año nunca lo he entendido. Ya no solo por el coste… es que es un coñazo tener que pasar datos, configurar, etc.
Lo malo de todo esto es que no solo se extiende a los aparatos. Como coleccionista de videojuegos me encuentro con el problema de que ahora todo está enfocado a “producto como servicio”, cuotas, servidores, nubes… Y así pasa que usar un juego de hace un par de años es un suplicio o directamente imposible, y en cambio, puedo coger casi cualquier juego de mi estantería (buena parte con 15-20 años de antigüedad) enchufarlo y listo.
Aunque no siempre: hace unos meses me dio por jugar a uno de mis viejos juegos de PC (tengo juego y expansión). La empresa (ya desaparecida, alemana, casualmente) tuvo la previsión de dar soporte para que pudiera funcionar en nuevos sistemas operativos, pero resulta que la expansión tiene un DRM y la empresa que lo hizo (aún existe) decidió dejar de dar soporte al poco tiempo así que dicho DRM es incompatible y no hay forma de hacerlo funcionar.
Mis padres y yo llevamos 10 años cada uno con los lectores de ebooks Sony PRS-505 que compré hace diez años (de importación por ebay). Quitando el típico desgaste físico por el uso, la mejor compra tecnológica de mi vida.
Yo tengo otro PRS505, y el único defecto que tiene ese lector es que no incluye tiempo libre para poder leer más libros 😉
Saludos
No estoy del todo de acuerdo, por ejemplo:
Los relojes, quien tiene un Rolex no lo quiere cambiar, igual que el del Omega o el Casio, los que cambian de movil, ordenador o coche son por las nuevas funcionalidades, y en electrónica los cambios son muy rápidos, eso que llamáis “excusas”, pero me imagino ahora con mi flamante startac sin wasap, o con aquel 127, que no pasaba de 80kms, pero que era indestructible, el aire acondicionado y la dirección asistida ahora son necesidades, dentro de unos años, que el coche aparque, o conduzca por tí, el color el las TV, o los 16:9 son motivos para el cambio, otra cosa son los caprichos.
Al final, son las nuevas funcionalidades, so0n las que te hacen dar el salto, funcionalidades que para los pioneros pueden ser escusas y con el tiempo obligacion.
¿Puedes poner algunos ejemplos de esas nuevas funcionalidades que no tenían los smartphones de la generación anterior y hacen obligatorio el cambio para millones de usuarios?
Me parece que puede ser muy interesante (y fácilmente puede desequilibrar la balanza tanto a favor como en contra de ese razonamiento/excusa). Pero me da la impresión que esas “necesidades” son tremendamente parecidas a las que mueven el mundo textil…
En cuanto a hardware, los móviles hace como 1-2 años que han llegado al tope. De hecho, estamos viendo últimamente gamas alta que usan la misma CPU (o marginalmente mejor) que la de su anterior modelo, algo impensable hace unos años. Véase LG G6 vs G5 o Oneplus 5 vs Oneplus 3.
Ahora bien, lo que sí está mejorando mucho en cada generación, hasta el punto de que puede justificar el cambio son las cámaras. Hace dos años te hacían los vídeos en 720p y borrosos, y hoy día te graban en 4k estabilizados. Con la nitidez de las fotos tampoco hay color, y si gastándome 100 eur extra en el móvil me ahorro comprarme una cámara compacta para ir de viaje, pues hasta ahorro y todo.