Puedes comprar aire, pero no lo que necesitas

En ocasiones las normas internas de las grandes empresas, son cuanto menos absurdas y abstrusas. Así lo que me pasaba el otro día en mi empresa de por las mañanas; donde nos dejan comprar aire, pero no las cosas que realmente necesitamos.

El otro día, un compañero de Oficina, abre un pedido de material. Y comenta con alegría: “Ya han llegado los botes de aire, podemos limpiar los teclados, a ver si por fin podemos escribir bien”. Y nos muestra tres botes de aire comprimido. Y aprovechando que ya habíamos cerrado al público, empieza a repartir los botes. Y los demás compañeros, se ponen a darle con el aire comprimido a los teclados. Y la cosa es divertida, porque hacen ruido y sale polvito de entre las teclas. Pero tras la limpieza, dos de los teclados siguen fallando. Al final me levanto, me pongo con ellos y los reviso. Saco una brocha y empiezo a limpiar los teclados por dentro. Sale muchísima más mierda de la que había salido con el aire. Uno de los teclados, tras la limpieza con la brocha, las teclas que fallaban volvieron a ir bien. Pero quedaba uno que seguía sin ir bien. Al final tuve que desmontar varias teclas y localizar el problema: dos grapas que se habían alojado casi en el mecanismos de la tecla.

Al final me quedé pensando en el absurdo de la situación. Nos habíamos gastado en botellas de aire comprimido, casi lo que costaban los tres teclados. Porque las botellas eran de las buenas, de las que el aire sale a presión y dura. Y al final, si yo no me peleo con los teclados, los compañeros se quedan igual. Si yo no hubiese estado allí, pues habrían seguido escribiendo con problemas, hasta que al final, hubiesen abierto una incidencia informática. Tras varias llamadas, habría aparecido el técnico y hubiese cambiado el teclado. Y la visita del técnico seguro que era mucho más cara también que el teclado.

La solución que yo tomaría como empresa: cambiar todos los teclados cada dos años. Se gana en imagen (ves por las mesas algunos teclados que tienen más años que el usuario), se gana en material de limpieza y se gana al final en incidencias;  y sobre todo la gente trabaja más cómodamente.

Pero está claro que eso de que la gente trabaja bien… pues parece que no es sencillo de ver. Y mira que un buen teclado y un buen ratón aumentan la productividad.