Parece que veinticinco años dan para mucho. Dan para que los jefes vayan aprendiendo. Pero parece que no es así. Y que lo que yo veía cuando comencé a trabajar lo sigo viendo ahora cinco lustros después.
Uno que es optimista piensa que las cosas mejoran con el tiempo. Pero al final parece que o se quedan como estaban o empeoran. Cuando yo empecé a trabajar, los compañeros que cumplían 25 años de servicio en la empresa recibían un reconocimiento. Ahora ni eso. Pero sin embargo los jefes siguen igual que hace 25 años.
El otro día leía yo en la prensa las declaraciones de uno de los jefes del área de tecnología de la información de mi empresa. En la entrevista entre otras cosas, describía el funcionamiento de un sistema nuevo que nos han implantado en la red. Y lo que contaba imagino que serán las prestaciones de la versión 16 y nosotros en las Oficinas tenemos instalada la versión Alpha…
Lo malo de haber sido cocinero antes que fraile como me sucede a mi, es que enseguida entiendo lo que sucede; o pero aun lo he vivido antes. Y en este caso pasan las dos cosas. Est tipo de situaciones cuando yo estaba en la trastienda tecnológica de la empresa las he sufrido varias veces. Una de ellos fue ya desternillante y significa como se trabaja en muchas grandes empresas.
Sucedía cuando yo llevaba un lustro trabajando. Después de pasar unos años en la red comercial, volvía a la parte técnica de la empresa. En una reunión de jefazos, el Director General comenta que ha visto como se hace una operación en una Oficina (fue en persona a hacer una operación allí) y que no le había gustado. Lo vio complicado y además no cumplía totalmente las reglas internas de la empresa. Le explicaron que era una operación donde se controlaba a posteriori por auditoria si el empleado había cumplido la normal. Pero el Director General opinó que en ese caso concreto no debíamos esperar a auditoría: se debía implantar una nueva operatorio más sencilla y que además controlase en origen el cumplimento de las normas.
Y me asignaron como ayudante del analista principal (ahora felizmente jubilado) para llevar a la práctica los deseos del Director General. Por cierto indico que yo compartía plenamente la su opinión: la operatoria debía cambiarse ya que era muy complicada y peligrosa. Así que me puse a la tare con las ganas del convencido y del novato. En una semana teníamos el análisis terminado y un bonito prototipo montado.
Mi jefe en la siguiente reunión, le enseñó el prototipo al Director General quién dio su visto bueno a la nueva versión de la operatoria. Ahora quedaba programarla y subirla a producción.
Empezamos a calcular horas de trabajo y a planificarlo todo. Una vez terminada la planificación nunca teníamos horas de los desarrolladores de ese área para poder iniciar el proyecto. Y pasaron los meses… y pasaron los años. Al final mi jefe y el jefe de desarrollo, optaron por mentir. Cuando el Director General preguntó que tal iba la aplicación nueva, le dijeron que estupendamente. Y al cabo de tres años en una entrevista en una publicación económica, nuestro Director General le explicaba al periodista como esa aplicación que él había impulsado, ahorraba muchas horas de trabajo y conseguía además una mejora sustancial en lo que hoy se llamaría Riesgo Operacional, pero que entonces no tenía nombre.
Cuando vimos la entrevista impresa, no sabíamos si reía o llorar. Y unos años después destituyeron al Director General y nunca se enteró que esa aplicación no había sido modificada.
Y veinticinco años después, las cosas siguen igual.
Un Comentario
Comentarios Cerrados
Trabajo en una multi y me lo creo por completo. Como tu dijiste en el post del otro día, este país funciona por inercia.
Bueno, lo que funciona. Que gran parte de que los efectos de la crisis en este país hayan sido los que han sido es consecuencia de nuestra manera de hacer las cosas.